Una estética violenta: Once upon a time in Hollywood de Quentin Tarantino
Por Joss Pérez:
Hace poco se estrenó en México la novena película de Quentin Tarantino, Once upon a time in Hollywood. La trama gira, por un lado, en torno al terrible asesinato de Sharon Tate a manos de los hijos de Charles Manson y por el otro, a aquel imaginario que representa una vieja gloria de Los Ángeles, a través de Hollywood como aquel espacio urbano que alberga a las grandes estrellas del cine, a los grandes directores, el lujo y la fama; es decir, una época dorada para el cine norteamericano.
A lo largo de la cinta, y como en la mayoría de las películas de Tarantino, existe un elemento estético que las une: la violencia. Desde Resevoir dogs (1992), hasta esta última entrega, la violencia se convierte en un elemento que deconstruye el espacio, el tiempo y los personajes. Es decir, la violencia será el elemento artístico mediante el cual está sustentada la propuesta filmográfica del director norteamericano. Ello invita a preguntar ¿cómo funciona esta violencia en Once upon a time in Hollywood?
El contacto del espectador frente a la película de Tarantino es abrupto, llega de golpe, porque confronta el imaginario glorioso de Hollywood, a través de Sharon Tate (Margot Robbie) y la decadencia del glamour y la fama con Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) y su doble Cliff Booth (Brad Pitt); es decir, mediante estos dos últimos, Tarantino está revelando que esta ciudad que en apariencia es un espacio utópico, un paraíso terrenal; también tiene una capacidad voraz, es una urbe que fragmenta, que pone en crisis y despoja a sus habitantes de sus propias formas de identidad.
Rick Dalton, después de haber sido un protagonista de películas internacionales, es reducido a ser un protagonista de westerns televisivos y su doble Cliff Booth termina reducido no lo sólo un doble de acción, sino además en un personaje sujeto a las recomendaciones de su jefe, al mismo tiempo que es su chofer, su handyman. Su vida gira únicamente a las expectativas de Dalton.
Este proceso, al cual son sometidos ambos personajes, está construido a partir de la violencia como fin estético; y es que la violencia no tiene por qué estar manifestada únicamente por la laceración al cuerpo, sino también por la manera en cómo ésta es capaz de destruir la propia noción existencia; por su capacidad de ir carcomiendo aquellos elementos configuradores de la realidad que dan un axis mundi a cualquier noción de ser y de existir. De esta forma, Hollywood como ciudad se convierte en un personaje devorador de aquellos quienes la habitan, pero que al mismo tiempo la moldean y dan vida, y es que la violencia en Quentin Tarantino no solo es destructora, sino también creadora.
Así como en Inglourious Basterds (2009), en Once upon a time in Hollywood, el giro narrativo, ya al final de la trama, permite la reconstrucción del hecho histórico: el asesinato de Sharon Tate a manos de los hijos de Charles Manson, y nuevamente la violencia se hace presente como constructora. En el desenlace de la película (spoiler alert) los hijos de Manson son brutalmente asesinados por Cliff Booth y Rick Dalton; esto a modo de venganza frente al hecho histórico real.
La violencia sirve a Tarantino para redimir el crimen tan cruel que vivió la pareja del famoso director de cine Roman Polanski. Con una serie de escenas sumamente violentas bañadas por un humor negro, la propuesta tarantiniana permite homenajear la memoria e imagen de Sharon Tate y en este homenaje, los personajes de Cliff Booth y Rick Dalton son también redimidos de una ciudad que los estaba devorando, lo que lleva a la escena final: el contacto del actor de westerns con la pareja sentimental de uno de los grande directores del cine norteamericano; es decir, Tate y Dalton se conocen. De esta forma, la violencia sirve para reconstruir a sus personajes; es decir, a través de ella es posible que éstos renazcan. En conclusión, es necesario puntualizar que la obra Tarantino, en este caso Once upon a time in Hollywood, le exige a su espectador, por un lado conocer este trasfondo histórico del cine norteamericano de la década de los 60, así como también la relevancia de los filmes del western como género, el movimiento hippie, entre otros, pues de lo contrario, sin este contexto como referencia se escapa la trama del filme y por lo tanto el final de la misma. Pues el Hollywood de los 60’s tuvo también a la familia Manson y el asesinato de Sharon Tate fue de los crímenes que más terror ha causado a las estrellas de Hollywood.