THE LAUNDROMAT: ¿LOS PANAM PAPERS O EL ÉXITO DEL NEOLIBERALISMO?

Por Joss Pérez.

El 18 de octubre del 2019 se estrenó vía streaming la nueva cinta de Netflix llamada Laundromat. La película cuenta como actores principales con Meryl Streep, Gary Oldman, Antonio Banderas, Jeffrey Wright, David Schwimmer, Matthias Schoenaerts, James Cromwell, y Sharon Stone. Fue dirigida por Steven Soderbergh y escrita por Scott Z. Burns. Laundromat tuvo su estreno mundial en el Festival de Venecia en septiembre de este mismo año.

Desde su estreno, y a pesar de haber sido exhibida en muy pocas salas de cine, Laundromat ha causado un revuelo debido a la trama pues está basada sobre los Panam Papers, en la cinta se revela como los paraísos fiscales permiten ocultar desvíos de dinero millonarios, evadir impuestos, crear empresas fantasmas, el anonimato de estos clientes, pero sobre todo la falsa legalidad que hay detrás de todo ello.

Para comprender mejor la trama de la película es necesario explicar brevemente qué son los Panam Papers y las repercusiones de éstos: Mossack-Fonseca fue una firma de abogados panameña creada en 1977 por Jürgen Mossack y Ramón Fonseca. La función principal de este buffet consistía en crear sociedades offshore, la administración de las mismas, así como la gestión patrimonial de estas compañías; a cambio de ello, la firma cobraba una cuota anual por estos servicios.

Ahora bien, la creación de estas compañías offshore o también compañías fantasmas tenían lugar en aquellos lugares del mundo conocidos como paraísos fiscales; es decir, aquellos Estados-nación cuyas leyes tributarias (pago de impuestos) tienden a beneficiar aquellos ciudadanos o empresas no residentes, pero cuyo domicilio está registrado para fines fiscales.

En otras palabras, los paraísos fiscales permiten que alguien que no reside en aquel territorio pueda constituir una empresa solo en papel; es decir, no necesita contratar empleados, oficinas enormes, almacenes o fábricas, pero sí tener registrado un domicilio fiscal, el cual puede ser una casa, a cambio de ello, esta empresa pueda verse beneficiada en situaciones tales como condonación o reducción significativa de impuestos o el secreto bancario de aquel inversionista.

En términos jurídicos este tipo de compañías no son ilegales; sin embargo, han sido utilizadas para evadir impuestos, desviar sumas millonarias de dinero y debido al secreto bancario se convierte difícil detectar quiénes son aquellos inversionistas que manipulan este tipo de empresas fantasmas para realizar este tipo de fraudes, los cuales sí son ilegales.

Así pues, los Panam Papers son todas aquellas empresas fantasmas creadas por la firma panameña Mossack-Fonseca, que al ser revelados por un tal John Doe (pseudónimo), exhibe más de 200 mil  empresas fantasmas, donde muchas de ellas fueron utilizadas para realizar algún tipo de fraude, evasión de impuestos, apoyar grupos terroristas como ISIS, manipular elecciones presidenciales, etc.

La publicación de estos documentos involucra nombres de presidentes, artistas, empresarios entre otros, tal es el caso de Vladimir Putin o aún más cercano a Latinoamérica, el caso de Odebrecht, empresa de licitaciones públicas que se utilizó para desviar millones de dólares, pagar sobornos en más de 12 países en el mundo, 10 de ellos en América Latina, por casi 20 años.

 Bajo este contexto tan amplio y regresando a Laundromat, la película desmenuza a detalle toda la impunidad que continua en relación a los Panam Papers, las repercusiones que tienen a nivel social y la inactividad de los gobiernos por restringir más las leyes fiscales. Por otra parte, y a través del papel de Gary Oldman y Antonio Banderas la crítica se vuelve no sólo más cínica, sino también más ácida, en tanto que: ¿acaso no son los paraísos fiscales y las empresas fantasmas el éxito de los sistemas neoliberales? Pregunta totalmente abierta al debate y cuya respuesta queda a menester del lector.

De tal manera, la película de Steven Soderbergh genera risa, pero no deja de cuestionar, sobre todo desde una sociedad norteamericana que vive bajo la ilusión de libertad y sueño americano, que justo estas nociones no son más que utópicas, la idea de la meritocracia no es más que una idea vendida bajo la falsa fantasía del éxito y la acumulación de bienes; misma que solo le pertenece a unos cuántos. Laundromat no deja de burlarse de las utopías del neoliberalismo vendidas a la clase trabajadora, y sobre todo, que las nociones de ilegalidad y legalidad dependen de la cantidad de dinero que esté de por medio y por lo tanto, lo bueno y lo malo ya no forman parte parte de un debate ético, pues mientras puedan ser comprados con préstamos, tarjetas de crédito, bonos, inversiones o tasas intereses, las repercusiones sociales de éstos salen sobrando.

Si te gustó, ¡Espero nos puedas compartir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *