Mick Rock III: Retratando una leyenda del rock
Por Leto Gómez:
Mick Rock, mejor conocido como el hombre que retrató los 70´s, además de fotografiar y ser testigo del éxito de grandes íconos de la música como David Bowie, Iggy Pop, Syd Barrett, entre otros artistas, trabajó con una de las bandas más icónicas de los años 80 Queen. Capturó a través de varias series fotográficas los años de Rapsodia Bohemia, de igual forma representó la historia de la banda desde que inició hasta la cúspide de su éxito.
La primera vez que los fotografió fue un 18 de noviembre de 1973, durante una presentación del Imperial College de Londres. Asimismo, respecto al momento en que conoció a Freddie Mercury, Mick Rock expresó en una entrevista:
“cuando lo conocí fue muy agradable, muy florido y muy expresivo en su actitud y eso me gustó”.
Con su lente logró capturar los grandes momentos y esencia de Freddie Mercury, Brian May, Roger Taylor y John Deacon en los escenarios, backstages y sesiones privadas, más todo un acervo fotográfico de su archivo personal. Surge así una de sus más grandes y representativas obras, la portada del álbum Queen II. Aparecen los cuatros integrantes de la banda, con su característico alto contraste, primeros planos, negros totalmente sólidos y luces cenitales.
Mick se inspiró en la película El expreso de Shanghái de 1932, donde la joven Marlene Dietrich aparecía haciendo la misma pose que Freddie. Esta película fue recomendada por el mismo vocalista de la banda, el cual quería parecerse a ella, posando de la misma forma, mirada hacia arriba, los brazos cruzados y los dedos extendidos por lo que se eligió como portada final del álbum; desde luego se tomaron otras fotografías de los integrantes de la banda con esa misma estética.
“Al manipular las luces y enfocarlas hacia los ojos de Freddie con las manos cruzadas y el rostro hacia arriba, la imagen se enriqueció. Parece que él está emprendiendo su camino al cielo”.
Explicó en videoconferencia Rock, quien estableció amistad con el vocalista.
Comentó el fotógrafo en una entrevista para Classic Rock en 2004, en la cual habló de sus primeros encuentros con Queen y su posterior trabajo fotográfico con ellos:
“había algo un poco extraño en ellos. Para mí se veían mitológicos. Nunca los vi como inhumanos, sino más bien como criaturas fantásticas, quimeras en el mundo prerrafaelista”.
Dentro de sus series de fotografías maneja una cromática totalmente distinta, no usó en lo absoluto los mismos colores que empleó con David Bowie. Esta vez utilizó 100% luz cálida, dándole vivacidad a los rostros de estos grandes artistas, equilibrando los tonos ocres y los negros profundos, teniendo como resultado un perfecto balance y dramatismo en la imagen. Como muchos de sus shootings conservó la fotografía con primeros planos y en blanco y negro, sobre todo detrás del backstage, en los escenarios; como su sello personal juega demasiado con las mismas luces, creando un ambiente vivaz y al mismo tiempo transmitiendo la misma energía y pasión del grupo Queen a través de sus fotografías.
En lo personal, lo que admiro de este gran fotógrafo es que no necesitan ninguna edición sus obras fotográficas, sabe perfectamente equilibrar los aspectos técnicos y conceptuales y la visión que comparte con los artistas que ha colaborado. Él tiene el don de leer perfectamente a la personas, hasta tiene ese super poder de predecir cuál va ser el siguiente movimiento o posición del sujeto y con solo un clic captura el momento, dando vida a sus fotografías.
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