Andy Warhol: Fotografía utilitaria
Por Leto Gómez:
Como saben, Andy Warhol es un ícono de la cultura pop. Es conocido por sus pinturas, producciones cinematográficas, esculturas, fotografías, producción gráfica y colaboraciones con algunos artistas del género rock. Al inicio de su carrera estuvo trabajando en la revista Glamour, después con Vogue y Harper’s Bazaar, convirtiéndose en uno los ilustradores más famosos en la ciudad de Nueva York gracias a su estilo particular y un tanto caprichoso, sus dibujos con líneas fracturadas y el uso de sello de goma para crear sus famosas láminas.
Este diseñador y artista de vanguardia, tuvo gusto por la técnica de la serigrafía, fue su principal herramienta que le ayudó a florecer en la tendencia de los 60´s en los Estados Unidos, el Pop Art, siendo una nueva forma de expresión artística. Gracias a esta tendencia, Nueva York se convirtió en la nueva capital mundial del arte. Warhol realizó pinturas en las que empleaba imágenes de cómics y plasmó símbolos de la publicidad dirigida al mundo del consumo estadounidense como la botella de Coca-Cola, los billetes de dólares y las latas de sopa Campbell. Después produjo una serie de retratos de personalidades famosas, para los cuales la serigrafía lo obligó a utilizar imágenes en alto contraste y de cierta forma una cromática selecta y en especifica; esto en colaboración con el equipo de su estudio The Factory, donde filmó sus primeras películas y produjo el grupo musical pop Velvet Underground. Warhol se hizo famoso, también, por sus frases y aforismos. En una entrevista dijo:
“Cuando coges el pop, nunca vuelves a ver un letrero de la misma manera. Cuando piensas pop, América nunca vuelve a lucir igual.”
La fotografía siempre fue una parte fundamental en la obra de Warhol, incluso en sus primeros días como ilustrador. Parte de la reflexión intelectual y artística de Andy Warhol tenía que ver con la producción mecanizada y masificada de bienes. Así como la cámara fue vista y entendida como máquina en el modernismo, e incluso artistas como Alexander Rodchenko se consideraban obreros de la imagen, en el Pop Art también subyace esta percepción de la máquina y sus posibilidades de reproducibilidad técnicas.
En los primeros momentos del Pop Art, Warhol coqueteó con las posibilidades de la fotografía como vehículo de masificación y base iconográfica de celebridades. Si Mathew Brady había sido un precursor de la fascinación fotográfica por los famosos, Warhol elevaría a mítica la imagen fotográfica de íconos como Pelé, Michael Jackson o Mao Tse-Tung. En todos los casos, la fotografía era la materia prima básica para las serigrafías de Warhol. Al principio se apropiaba de imágenes que obtenía de anuncios o publicadas en periódicos. Eventualmente comenzó a trabajar sus propias fotografías debido a litigios sobre propiedad intelectual, la cámara se convirtió en la compañera permanente del artista pop la cual le servía como diario y cuaderno de bocetos. Claro está que mucho de este material fotográfico fue la base para serigrafías, dibujos y retratos.
Warhol utilizo varias cámaras y formatos fotográficos a lo largo de su vida artística, la cámara Polaroid fue siempre su instrumento preferido. Fue diseñada para realizar primeros planos. El único ajuste requerido era enfocar al sujeto. Warhol se las mostraba al sujeto, seleccionaban alguna pose y, entonces, se volvía a fotografiar pero en 35mm. Luego se imprimían en acetatos de ocho por diez pulgadas y se ampliaban hasta un cuadro de cuarenta pulgadas por lado en preparación para la serigrafía.
Este artista reflexionaba sobre el carácter de reproducibilidad del medio fotográfico. La serigrafía de Warhol podía ser reproducida, potencialmente, tanto como se hubiera querido. Esta mera noción desafiaba aquella visión modernista que valoraba el carácter único de la pieza artística. Las Polaroid de Warhol se han convertido en piezas sumamente apreciadas, ya que el proceso fotográfico instantáneo carece de negativo, son piezas únicas. Solamente se pueden reproducir haciéndoles otra foto. Son imágenes autocontenidas, cuyas características morfológicas (tamaño, textura, brillo, color) son tan distintivas como las de una pintura. Otra característica que ha convertido a las Polaroids de Warhol en objetos de arte tan fascinantes es la cercanía de los diferentes famosos que colaboraron con él.
Las grandes obsesiones que Andy Warhol mantendría, plasmaría y alimentaría el resto de su vida son: la celebridad, la muerte, la cultura de consumo, el color, la reproducción mecánica, el ritmo y la repetición. Sin embargo, Warhol también era un ser social, porque se interesaba y amaba el misterio humano con su capacidad de trascender desde la máxima vulnerabilidad hasta el poder mítico. Una vez dijo:
“Nunca he conocido a una persona a la que no hubiera podido calificarla de bella”.