Akira Toriyama y su Legado
Por Jesús Cárdenas:
En esta columna pude haberme ido por el camino fácil y reseñar algún cómic que saliera a lo largo de noviembre, opciones tenia de más, desde Batman hasta Daredevil, sin dejar de lado a mi amado Spider-man, hasta que me detuve por un segundo y vi en el catálogo el lanzamiento de Dr. Slump una historia de Akira Toriyama que, hasta donde recuerdo, era una comedia, y, si de casualidad no te suena su nombre, él es la mente detrás de Dragon Ball, su obra más grande, de la cual desglosaré el cómo vino a cambiar el mundo del manga y el cómo influenció hasta en el mundo del cómic.
Ya de por sí Dragon Ball es un legado por sí solo, un fenómeno mundial que parece que nunca va a morir, ya sea por la mano del mismo autor, por la televisión abierta o las compañías de entretenimiento que siempre encuentran una nueva forma de renovar esta franquicia. Basta sólo recordar que Goku iba a ser uno de los embajadores de las olimpiadas de este año en Japón.
La obra maestra del Maestro Toriyama ha influenciado la estructura del manga moderno, pues ha sentado las bases del cómo los autores comienzan a plantear sus series: los personajes se desenvuelven en un mundo cómico que poco a poco se vuelve más violento. Ciertamente esto ya había sido explorado en otras series antes, pero no es el qué, si no el cómo, lo que hace brillante a Dragon Ball.
Sólo como dato, en esa época muchos mangas de la misma demografía y de la misma revista tendían a ser muy cómicos o muy serios. Como ejemplos están Los caballeros del zodiaco, que se estrenó un año después y su versión impresa es mucho más seria y cruda que la animada.
Pasando de la estructura al desarrollo de los personajes, la serie nos muestra una madurez y crecimiento en la forma de afrontar los problemas de su mundo. Hago énfasis en Dragon Ball Z, donde cada personaje tenía sus segundos en cámara para darse al tú por tú contra el villano en turno y ver cómo había crecido durante su entrenamiento; señalo dos específicamente: Vegeta y Gohan, el primero con uno de los mejores arcos de redención jamás vistos y el segundo siendo alguien con mucho potencial y bien trabajado.
Ahora que toqué a Vegeta, creo que es uno de los personajes más influyentes dentro del manga para las obras japonesas que hoy disfrutamos. El rival del protagonista es algo que hemos visto en Naruto, My Hero Academia o Hunter x Hunter. Peor o mejor manejado, el trabajo hecho con el príncipe Sayajin creó escuela en cómo hacer un gran rival, que a veces termina teniendo más mérito que el mismo principal de la obra. Tanto es así que las veces que me tomo el tiempo de abrir YouTube y ver algún video random de alguien hablando de Dragon Ball, siempre se hablan cosas buenas de este gran personaje.
Muy bonita la estructura y desarrollo, pero, ¿y el arte? Les voy a ser honesto, yo no consumí esta serie de niño. No fue hasta los primeros años de mi adolescencia que de verdad le tomé interés a ver un par de capítulos de Dragon Ball Z Kai, y había unos segundos que me robaban el aliento por la calidad de dibujo, y casi de inmediato busqué el manga. Quedé enamorado de la limpieza de los trazos de Akira Toriyama. Sé que muchos querían dibujar a Goku de lo genial que era, pero me gusta pensar que muchos autores famosos de manga vieron lo mismo que yo al tener el manga semana a semana en sus manos y eso les hizo decir: “yo quiero hacer algo tan genial como esto”. Los picos de calidad dentro de las páginas de Dragon Ball son casi inhumanos. Los movimientos y las poses de artes marciales se sienten tan vivas, la forma en cómo narra te hace levantarte de tu asiento casi en todas sus páginas y es aún mejor cuando le pone color. Las portadas y portadillas son razón suficiente para querer comprar todos los tomos. Dragon Ball, a mi parecer, puso una barra de calidad muy alta que pocos han logrado pasar.
Y en el resto del mundo el arte, en especial, hizo de muchos artistas lo que son hoy. Como mencioné, quizá por lo genial del personaje te motiva a dibujarlo y no querer parar. Esa época me llegó tarde, pero me llegó. Artistas de cómic que hoy en día son lo mejor de lo mejor, a través de historias de Instagram o comentarios, mencionan lo influyente de esta obra no sólo en su arte, si no en su vida, pues gracias a Dragon Ball nunca pararon de dibujar. Olivier Coipel, R.B. Silva o Jorge Jiménez incluso se toman el tiempo de aún practicar un poco con los personajes de esta obra. El último incluso hace referencia a ese último golpe de Gohan a Cell en una página de Justice League, que en esa época fue una de las mejores series del catálogo de DC.
Sin duda, Akira Toriyama trajo nueva vida al manga que conocemos y creó una de las obras más grandes de la ficción hasta la fecha, que no va a morir y más generaciones verán o leerán, y desde mi perspectiva espero que siga inspirando a más personas a crear grandes obras.