Sobre la conciencia desde lo personal
Por Guillón Rosas:
Desde que nacemos hasta nuestra vida adulta, debido a la cultura que nos rodea es difícil enfocarnos en la conciencia, buscamos principalmente el desarrollo hacia lo profesional más allá de lo personal. Incluso confundimos la conciencia y el desarrollo personal con lo espiritual o religioso.
Existen muchas maneras de definir la conciencia, pero para mí es el ejercicio del individuo por conocer su realidad y diferenciar entre deseos, idealizaciones y complejos propios y los ajenos. No significa que dejemos de ser una persona catalogada como soñadora, sino que busquemos una forma más real de vivir e incluso de seguir esos sueños.
El ejercicio de la conciencia con el tiempo va creciendo, es decir, se vuelve “una práctica” de tal forma que las percepciones de la realidad incluso ajenas se empiezan a distinguir, pero sin la intención de juzgar a nadie, sino la de entender o empatizar desde varias perspectivas la misma realidad. También se distinguen sus trampas, pues en muchos casos también puede tratarse de un estado de confort mental.
En casi toda construcción, conciliación, tolerancia y negociación, así como en otras interacciones humanas que lleven a un acuerdo, se hace un ejercicio de lo que cada una de las partes busca y está dispuesta a dar para conseguirlo, de tal manera que más allá de lo que el contrato pueda describir se entiendan en lo esperado del mismo; y a esto lo podemos llamar un ejercicio de conciencia.
Una parte muy importante del ejercicio de la conciencia es entender y vivir las emociones y sentimientos que nos provocan las experiencias sin caer voluntariamente en algún estado mental y quedar atrapado. Es decir que podemos experimentar un momento alegre, triste, de enojo o frustración, y muchos más, sin necesidad de quedar atorado en la ira, melancolía, depresión, éxtasis o incluso negación de éstos.
Cuando volteamos a ver a nuestro alrededor podemos observar que cada persona está viviendo una percepción de la realidad distinta, y, por ende, está viviendo emociones y manteniendo estados distintos. Entonces, ¿cómo puede ser que alguien pueda estar viviendo el peor momento de su vida a lado de otra persona que tal vez no? Porque la percepción de la realidad es única, y está derivada del desarrollo personal que también es único. Ahora bien, cómo nos expresamos y comportamos una vez en conciencia personal y cómo lo hacemos en el exterior, ya depende de nuestra moral y valores personales.
Por otro lado, es mucho más fácil vivir atrapado en un estado mental, porque, como ya mencionamos, se convierte en una zona de confort, y no es porque disfrutemos vivir en él, sino porque ya lo conocemos aunque cause daño, puede ser más una adicción que una decisión.
Derivado de la práctica de consciencia se puede empatizar, conocer y vivir la neutralidad de la realidad, y una vez consciente de ello podemos decidir vivir en alguno de los estados mentales o en constante cambio, siendo esto una elección y no un impulso o adicción.
Here in this hopeless fucking hole we call LA
Ænema – Tool
The only way to fix it is to flush it all away
Any fucking time, any fucking day
Learn to swim, see you down in Arizona Bay
Fret for your figure and
Fret for your latte and
Fret for your lawsuit and
Fret for your hairpiece and
Fret for your Prozac and
Fret for your pilot and
Fret for your contract and
Fret for your car