La fotografía y la música: Wish You Were Here de Pink Floyd
Por Leto Gómez:
Siempre he dicho que la música y la fotografía se complementan perfectamente, dando como resultado una imagen visual que representa los diversos conceptos de cada banda o artista. Un claro ejemplo es la fotografía que se te tomó para el disco Wish You Were Here de Pink Floyd, lanzado en el año de 1975. Además de ser de una de las grandes bandas que marcaron la historia del rock, esta portada es emblemática con ciertos significados y unidad conceptual. El arte de la portada fue realizado y dirigido por el artista gráfico Storm Thorgerson, quien colaboró con Pink Floyd para vestir sus álbumes desde los inicios de la banda. Cabe mencionar que fue el autor de portadas de otras importantes agrupaciones y exponentes del rock, como Led Zeppelin, Black Sabbath, Scorpions, Peter Gabriel, Dream Theater, The Mars Volta, entre muchos otros.
A primera vista podemos observar a dos hombres de traje, uno de ellos literal en llamas, lo que le dio un toque surrealista y un tanto impactante. Parte del equipo de producción estaba al pendiente con extintores a la mano con los que al terminar la toma apagarían al hombre en llamas. La fotografía fue hecha por Aubrey “Po” Powell, socio de Storm Thorgerson; fue tomada en uno de los pasillos del complejo de la Warner Bros., en California. La anécdota va más allá, pues al hacer las fotografías el viento soplaba en la dirección opuesta a como lo necesitaban, el encuadre fue en un plano general aprovechando al 100 % la luz del día y respetando la misma cromática del espacio.
Parte del concepto de las letras del álbum es una crítica a la industria de la música y los excesos de la fama y cómo el dinero afecta al espíritu artístico. Con esto en mente, Storm diseñó la contraportada del disco, en la cual se ve igualmente a un tipo de traje pero sin rostro y sin extremidades, el cual se fusiona con el mismo entorno y tiene en su mano un disco de vinilo. Thorgerson decía que estaba “vendiendo su alma”. Esta imagen se titula Floyd salesman. El desierto en el que se ubica fue fotografiado también por Aubrey “Po” Powell, se trata del Desierto de Yuma en California. A nivel técnico fue una toma en plano general teniendo un alto contraste para que diera ese efecto que se buscaba en la silueta.
No conforme con tener una música impresionante y un arte por la misma vía, la banda junto a su artista gráfico ideó un empaque especial para el vinilo: una cubierta negra con un sticker que hacía referencia a la canción Welcome to the Machine, imagen diseñada por George Hardie; también colaboró otro artista gráfico de Hipgnosis, el estudio de Storm Thorgerson. Se trata de una ilustración de dos manos mecánicas que también se están saludando, emulando el mismo concepto de imagen de la portada. El álbum fue un éxito y se estima que el disco ha vendido más 13 millones de copias en todo el mundo. Rolling Stone lo incluyó en su lista de los 500 mejores álbumes de la historia de todos los tiempos y en los mejores 50 de rock progresivo de todos los tiempos.