WALKING IN MY SHOES
Martin L. Gore
Por Andrea Caballero.
Moda y estilo resultan ser, en muchas de las ocasiones temas áridos y sujetos a crítica negativa, cuando se habla de ellos entre público no afecto, al resultar vanos y superficiales, creados para gente que no tiene nada más importante que hacer… bien sabemos que esto, no es cierto; resultan ser un maridaje perfecto que conduce a una ruta de escape, un pase a otro mundo, la manera de mostrar nuestro yo de verdad al interior y al exterior para que lo destacen e interpreten sin contemplaciones, que inventen a nuestra persona a la más perfecta conveniencia. Estos dos, casi sin pretenderlo se funden en las venas más recónditas del arte y todas sus vertientes, complaciendo hasta el más retorcido de los Dioses o al más simple de los mortales, pero hoy, solo hablaremos de un músico que se encuentra a mitad de camino, el corazón y espíritu del synth pop y Depeche Mode, Martin L. Gore.
Martín, nació a principios de los 60, época que personalmente nombraría convulsiva para la expresión personal, para la música y para el mundo en general, creció en un momento en que el libre albedrío se abría paso entre protestas y hormonas hirvientes, entre juventud deseosa de existir sin restricciones, de crear y destruir, de descubrir, elementos que sin duda conformaron al mítico compositor, que ofrece suaves beats para bailar, pero oscuras letras para reflexionar.
Gore siempre se ha caracterizado por un estilo, que bien podría definirse como oscuro, durante la primera fase de D.M, encaminado al mundo del fetichismo. Si bien todos los integrantes se mostraban en prendas de cuero y botas, él llevaba un extra, aderezándose con arneses, handcuffs e incluso prendas femeninas como ligueros; jugando con la androginia y trasladando sus composiciones a la apariencia propia.
“ You don´t know the consequences of the things you say, i´ll be your operator baby, I am in control” Puppets, del disco “Speak and Spell”
Nunca ha tenido miedo de mostrarse tal cual es, usando encaje o interpretando a una novia triste, recluida y abandonada en un aparador (realidad de muchos) en Suffer Well.
Where were you when I fell from grace, a frozen heart an empty space. Something´s changing, it´s in your eyes, please don´t speak, you´ll only lie
Con el paso del tiempo, Gore ha optado por un estilo más bien dirigido a la discreción, que más que ser una desaparición de su esencia, es la condensación de ella, mostrando mucho de ello en “Barrel of a gun”, donde él apenas y se muestra en blanco y negro, poco perceptible, pero definitivamente inquietante y irremplazable.
This twisted, tortured mess. This bed of sinfulness, who´s longing for some rest and feeling numb.