Fear Inoculum: un viaje directo a la tempestad
Por Ray Macías:
13 largos años nos separan de la fecha de lanzamiento de 10,000 Days. La espera fue larga pero el momento al fin ha llegado y Tool, banda amada por muchos y odiada por otros tantos, ha lanzado su quinto álbum de larga duración y séptima grabación oficial de su carrera. Fear Inoculum se encuentra ahora disponible para nuestros oídos y todos nuestros sentidos, pero una pregunta ronda y revolotea por el ambiente plagado de incertidumbre: ¿la espera habrá valido la pena?
La alineación se mantiene inamovible con Danny Carey en la batería, Adam Jones en la guitarra, Justin Chancellor en el bajo, y Maynard James Keenan en la voz principal. La mezcla estuvo a cargo de «Evil» Joe Barresi quien también ha trabajado con bandas como Kyuss, The Melvins, Coheed and Cambria, entre otros. Bob Ludwig fue en el encargado de la masterización y el siempre fiel a la banda Alex Grey fue el elegido para crear el arte.
Fear Inoculum,primer y único sencillo del álbum hasta el momento, es un inicio que nunca termina de estallar, una introducción preparatoria para la sinuosidad del viaje que tenemos por delante. La banda tiene ya un sonido definido que proyecta Pneuma como una hermana espiritual de Schism y nos lleva poco a poco por el sendero trazado. El destino de la travesía empieza a divisarse en Invincible y Descending, mientras los riffs armonizados de la guitarra y los beats de la batería, exquisitamenteelaborados, nos sirven de acompañantes. El minimalismo instrumental de Culling Voices permite a Maynard tomar el papel protagónico atrayéndonos con su voz, robando toda nuestra atención como un guía o un gurú e indicándonos que nuestro viaje está por terminar. Chocolate Chip Trip es un experimento intrincado, extraño y agresivo donde la batería toma el papel principal simulando los sonidos de una tormenta y dando paso al cierre monumental con 7empest, una tempestad de 16 minutos de pura violencia, frenesí y excitación exacerbada que se materializan en la contundente expresión y ejecución de cada uno de los miembros de la banda.
El álbum hace evidente una maduración en el sonido y la composición de la agrupación. Se concibe como una mezcla entre sus hermanos mayores que conserva el sonido característico de la banda, pero que se atreve, al mismo tiempo, a explorar caminos no recorridos por sus antecesores. Las progresiones bien estructuradas y bien amalgamadas nos llevan de la mano creando tensiones y resolviéndolas en los momentos indicados; la psicodelia nos envuelve con conocidas pero extrañas formas; la experimentación nos lleva a los viejos días de Ænima, pero no por esto deja de sentirse fresca o renovada; y la agresividad en el clímax del álbum nos golpea directamente en la cara, en el cuerpo y en el psiquismo como una explosión compuesta por nuestras más profundas emociones y deseos. ¿La espera fue fructífera? La respuesta es bastante clara: cada minuto, hora, día, mes y año valieron totalmente la pena. Tool está de regreso y nos ha regalado un trabajo totalmente sublime.