Arístides Ortiz: Miel y leche hay debajo de tu lengua

Por Alejandro Martín del Campo Glez.

Se dice que la miel cura a los abatidos, y que la leche alimenta a los inmaduros,
pero ¿qué sucede cuando estos elementos se guardan debajo de la lengua? Estos
agentes se atesoran y se mezclan para elaborar una bella obra encaminada a una
hermosa e intrínseca colección de lienzos, aquí es donde el artista Arístides
Ortiz comete alquimia que nos asombra con toda la riqueza que conllevan estos
significados.

Miel, leche y lengua

La gama de colores antepone el amarillo y el blanco como una alegoría de la miel
y la leche. La miel es símbolo de manjares y abundancia, placer y vitalidad, con
propiedades místicas que desde la antigüedad se utiliza para la preservación del
cuerpo y el alma ad infinitum; así también el tono amarillo se relaciona con el
creador de la colección que reposa entre creatividad, felicidad, paz y
tranquilidad. Por su parte, el color blanco, como alegoría de la leche, representa
la pureza, la fruición, la obra en un estado puro, incorruptible e inmarcesible, es
la ternura y el amor abnegado de la naturaleza mamífera y de la fertilidad, es
elemento único, nutricio y seminal.

Hemos de destacar otro elemento importante para comprender el proyecto,
pues es el que termina de dar título al mismo: la lengua. Órgano del cuerpo
humano, tiene la cualidad de degustar y catar infinidad de sabores. Es la
herramienta auxiliar con la que la humanidad exterioriza con viva voz sus
pensamientos, la palabra y el canto. Por su forma recuerda a la llama de una vela,
cuyo movimiento semeja el acto de ésta. También es la representación de las
manos del artista o él mismo al manipular los colores, creando así texturas,
tramas, movimientos aleatorios que dan la sensación de que se está entre la miel
y la leche.

Miel y leche debajo de tu lengua

Todos estos componentes son una representación del artista en la obra, una
alegoría de una renovación energética. La Miel y leche debajo de tu lengua puede
llevar diferentes significados y a la vez ser sólo uno. El delirio que provocan estos
dos prístinos líquidos al degustarlos a la par puede resultar en un éxtasis
sugestivo y adictivo para el paladar, puede remontar a viejas memorias de la
niñez y ligarse a la ternura, pureza y cariño, a la bondad y protección. Así
también puede tener reminiscencias medradas de sensualidad, vehemencia y
lujuria que encienden el pensamiento y llegan al tacto por consecuencia de la
obra. Así también describe el sentimiento del artista en un preludio de romance
con la vida, cuando el amor florece y más impacta. Pero el amor que se vive en
esta colección no es un espacio de cavilación ni de abstracción erudita, es más
bien una exhortación de amor entre colores, sabores, sentimientos y texturas; es
un proyecto que simboliza la renovación artística de Arístides Ortiz por medio
de esta postrera, íntima y meloláctea compilación de lienzos con la que nos
obsequia un guiño de inventiva continua.

Mel et lac sub lingua tua

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Alejandro Martin del Campo Glez.

Nación Alternativa bandas nacionales en movimiento.

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