¿CUÁNTAS RUBÍS Y MARISELAS HAY EN MÉXICO?: LAS TRES MUERTES DE MARISELA ESCOBEDO

Por Joss Pérez:

México es un país feminicida, así de claro y fuerte es esta afirmación. No es un enunciado que se pretenda someter a debate porque no hay nada que debatir: ¡México es un país feminicida! No es un invento, de acuerdo con La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y con datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en México se asesinan en promedio a 10 mujeres diariamente. ¿Por qué? La respuesta es multifactorial, porque vivimos en un sociedad sumamente machista y misógina, resultado de una violencia estructural y sistémica provocada por el patriarcado; porque en México la impartición de justicia por el Estado es nula; aquí más cifras al respecto: del total de denuncias ante la FGR que involucran el asesinato de mujeres solo el 2.5% se resuelve, eso quiere decir que el 97.5% de los casos quedan impunes ¿por qué quedan impunes? Por la gran corrupción que atraviesa a todas las instituciones del aparato del Estado, en fin, los porqués son inmensos.

Con esta realidad, con estas cifras dolorosas es que comienzo la recomendación de este mes: Las tres muertes de Marisela Escobedo, documental dirigido por Carlos Pérez Osorio, producido por Netflix y estrenado en la plataforma el 18 de octubre de este año, ha sido traducido a 30 idiomas y está disponible a más de 190 países; narra la historia de Marisela Escobedo a partir del feminicidio de su hija Rubí en Ciudad Juárez, Chihuahua entre 2008 y 2010; hija asesinada por quien fuera su pareja sentimental, Sergio Rafael Barraza Bocanegra. Así comienza la muerte de Marisela. La muerte de Rubí es también la de la madre

La segunda muerte de Marisela es cuando los tres jueces encargados:  Catalina Ochoa, Rafael Boudib y Nezahualcóyotl Zúñiga, dejan en libertad al Sergio Rafael Barraza Bocanegra, por no contar con los recursos suficientes para condenar al asesino a pesar de que éste se declara culpable e incluso llevara a la policía y a la madre al lugar donde incineró los restos de su hija Rubí; a partir de ello Marisela emprende, con ayuda de sus otros hijos, una persecución por atrapar nuevamente a Sergio Rafael Barraza.

Marisela muere, muere con las múltiples ocasiones en que la justicia mexicana fue incapaz de aprehender a Sergio Rafael Barraza, a sabiendas de su paradero, y de que ya se había girado una orden de aprehensión en su contra. Finalmente, la tercera muerte de Marisela fue la de ella misma, asesinada a las afueras de Palacio de Gobierno en Chihuahua, Chihuahua, a pesar de que días previos, ella había confrontado al gobernador César Duarte.

¿Qué pasó con Marisela? ¿Cuántas Rubís hay en México desaparecidas? ¿Cuántas madres no son Marisela, que siguen luchando, protestado y buscando a sus hijas? El documental no busca más que revelar hasta dónde la corrupción es capaz de liberar asesinos; hasta donde ha llegado la violencia estructural y sistémica hacia la mujer en México y por supuesto, reafirma las cifras dadas arriba. Sin embargo, Las tres muertes de Marisela Escobedo también, aspira a que crear empatía con las víctimas y con su realidad así como con la mujeres en general. Es también una invitación a pensar que las víctimas de feminicidios y sus familias no son cifras, son vidas. No solo son restos humanos, fueron personas que amaban y que eran amadas.

Por último, es pensar en nuestro propio discurso, y si en algún momento, tú, lector has sido de los que niega esta realidad, de los que se ha burlado o criticado los movimientos de mujeres, sus marchas y sus pintas, si has expresado opiniones tales como, pero ¿qué tenía que hacer a esas horas sola en la noche? ¿Eso le pesa por andar de puta? Entre muchas más, piensa entonces en estos nombres: Ingrid Escamilla quien fue asesinada por su pareja sentimental, el cual la desmembró, despellejó y arrojó sus restos a la calle, o piensa en Ayelin, una niña de 14 años asesinada y desmembrada, o piensa en Jessica González asesinada y cuyo cuerpo estuvo en la cajuela de su asesino pensando cómo la iba a desaparecer, y así, piensa en los 2646 nombres que hay detrás de estas cifras, porque detrás de ellos está la vida de una mujer cuya muerte sigue impune.

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