“El misterio de Magdalena”

Por Leonardo Páramo:

Mateo Cerezo, el joven fue un pintor barroco español de temas religiosos y en cuyas obras se encuentra la prominente elegancia de los recursos pictóricos de la escuela flamenca, donde confluyen pintores como Jan Van Eyck y Robert Camping. Esta pieza, en especial, contiene una bravura de seguridad otorgada por el renombre de los sus últimos años, pues el contraste de pigmentos oscuros por el hábito negro de María Magdalena resalta los libros y el crucifijo, añadiendo, junto a este, otro contraste de la tersura de una mano pálida señalando el cráneo, y otro en el ceño contemplativo hacia la devoción del crucifijo.

En este oleo los elementos que provocan mayor intriga son los libros, por un lado, y, por el otro, el cráneo -en ambos casos el simbolismo resulta antagónico-. ¿Qué resulta más atractivo, una vida entregada al placer o una vida entregada a la fe? En ambos casos, esa duda sigue provocando un sentimiento de angustia, del que resulta complicado separar cuando en la persona se presentan ambas disyuntivas. No obstante, el cráneo que sostiene nos recuerda a la muerte, ¡al fugaz ciclo de la vida a la muerte!, el cual está presente casi como un recordatorio que motiva al espíritu renovado de la penitente. Esta posición entre la razón y la fe se manifiesta en el rostro de María Magdalena con un diletante cansancio promovido por la noche y el inminente amanecer, perspectiva que al fondo permite apreciar la luna.  Podría ser, para algunos, envidiable el hecho de aislarse en soledad, donde presumiblemente se encuentra sumergida para reivindicar su alma y corregir la antigua vida hedonista y profana, pero que, en cuyo caso, aparenta un flagelamiento espiritual para sanarse y encontrar perdón en el símbolo de la cruz en el que, si es así, ha encontrado devoción. Esta provocadora revelación envuelve en un místico ambiente a María Magdalena embelesada por la veladura pictórica de matices que privilegian los tonos claros, resaltan el brío corpóreo y el sombrío refugio. ¿Será que el humano, de fe o de ciencia, no encuentre la paz espiritual? Una pregunta interesante con múltiples respuestas, no obstante, para algunos esta llega demasiado tarde, y para otros, como Mateo Cerezo, llega demasiado pronto, dejando una abundante producción artística a tan solo veintinueve años.

Artista: Mateo Cerezo, el joven

Obra: Magdalena Penitente

Técnica: Óleo sobre lienzo

Fecha: 1665-1666

Espacio: Museo de Burgos

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Leo Páramo

De la nobleza del corazón y de la mente

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