El último vals
Por Guillón Rosas:
Le escribo al aire de manera que pueda gritarlo abiertamente al mundo sin importarme realmente si lo lees o no. Aunque vaya dirigido para ti, siento que tengo que externarlo sin intención de invadir tu espacio hoy, más de lo que ya he hecho en el pasado.
Antes que nada, espero que te encuentres bien, ya han pasado muchos años desde la última vez que tuvimos algún tipo de contacto, sin embargo, espero aun te acuerdes de mí.
Quiero decirte que siempre te recordare con un gran cariño, pues fuiste una gran mujer y pareja. Lamento no haber tenido la madurez para poder perpetuarlo en su momento.
Te recuerdo compartiendo este bello vals bailando sobre mis pies.
Esas bellas memorias y recuerdos ya están escritos en la paginas del libro de mi vida, con tragedias, glorias y poesía, donde un día platicando con un gran artista, tiempo antes de conocerte, logramos inferir la siguiente conclusión:
Algunas veces una poesía puede significar todo y nada, más allá de algo que quieres decir, sientes algo que tienes que expresar, y sólo buscas las palabras correctas para poder describirlo, transmitir ese sentir.
“Cómo pasan los años,
Y sigo mirando tus ojos en la luna,
Tiemblo al escuchar tu nombre y de eso, no hay duda alguna.
Cómo pasan los años,
Y a veces me siento muerto por dentro,
Destilaste cada gota de alegría, y te llevaste mi aliento.
Sólo no me atrevo a morir por mi necedad de volver a verte,
Por acariciar tu mirada con mis ojos y mi libertad de quererte,
Aunque no crucemos ni una palabra, como siempre,
Yo tocando mi guitarra, y tu pintándonos con acrílico para siempre”
De un libro nunca leído.
GR
*El artista mencionado arriba es Damien Rice, suceso del que aún me encuentro escribiendo la segunda parte.
Aquí encuentras la primer parte: