Encuentros sexuales de siameses idénticos.
Por Oliver Miranda:
En la parte final de Music for chameleons, específicamente en la autoentrevista de Nocturnal Turnings, el escritor estadounidense Truman Capote hace una de las declaraciones más desafiantes que dejan testimonio de su talento y sus demonios de su tormentosa vida:
«Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio».
El libro en cuestión está dividido en tres partes con un prefacio donde el mismo autor habla de la manera en que llegó al mundo de la escritura, no sin dar los fuertes comentarios acerca de otros escritores como fue el caso de Norman Mailer, quien lo criticó por haberle llamado a la reconocida In cold blood una non-fiction novel cuando años más tarde el mismo Mailer tomaría elementos del particular género; en la primera parte, los seis relatos de ejecución corta, Capote nos lleva de una misteriosa mansión en Martinica, en donde la dama que reside ahí adentra al lector a un mundo paradisíaco y agobiante por las costumbres del lugar, hasta un momento en Nueva Orleans, donde el tinte autobiográfico del escritor sale a relucir cuando un chico, luego de robarle a su abuela un collar de la familia, va con una gitana a que le conceda su más íntimo deseo: ser convertido en mujer.
La segunda parte es una noveleta titulada Handcarved Coffins: A Nonfiction Account of an American Crime en donde Capote regresa al estilo de su célebre obra maestra y atestigua la investigación de un sociópata de nombre Quinn, quien en un pueblo del este de los Estados Unidos comienza a asesinar a todos los miembros del jurado que votaron en su contra. La manera en que se cuenta la historia hace que nos adentremos a un ambiente opresivo en el que la duda aumenta, los panoramas se vuelven difusos y entramos en un juego que el relator plantea de forma espectacular.
La tercera parte que lleva por título Conversational Portraits son seis entrevistas que son parte del mundo más íntimo de Truman Capote, en donde conocemos directamente sus intereses, sus amistades y a él mismo, como el hombre creativo y atormentado por las palabras y por su mismo genio; los retratos hablados de Marilyn Monroe, las visitas a las casas de diversos escaños del mundo neoyorquino guiadas por un ama de llaves y el soliloquio que mantiene en una víspera de insomnio, hacen que esta parte sea el retrato más íntimo del particular escritor.
Truman Capote se ha vuelto una lectura obligatoria para cualquier amante de la literatura; criticado por muchos y amado por muchos más es imposible que pase desapercibido para los amantes de la novela moderna, gracias al estilo que tiene de relatar algunos de los pasajes más sórdidos de la nación de las barras y las estrellas. En éste, su último trabajo, aumenta aún más la apuesta, el desfallecimiento psicológico causado por sus propias adicciones y tormentos internos hacen que los retratos se sientan aún más profundos y personales; las palabras con las que se refiere a sí mismo en un momento de debilidad, parecen darnos la idea de su desastroso estado emocional, pero siguen siendo una muestra clara del ego que impulsó su ánimo a lo largo de los años, el de un escritor con un estilo tan marcado y propio que es imposible resistirse a conocerlo.
Muchas gracias por tu aportación. Feliz semana.