ESTUPOR Y TEMBLORES POR AMÉLIE NOTHOMB

Por Mariana Cuevas:

La presión que ejerce la sociedad por que seamos constantemente productivos, siempre estemos ocupados y no paremos de trabajar, se encuentra presente desde hace tiempo; pero cabe mencionar que en ciertas culturas esto se presenta de manera más severa que en otras. El lugar que aquí se trata es Tokio, del libro Estupor y temblores, texto autobiográfico que narra la experiencia laboral más toda la carga emocional y los colapsos mentales que la autora francesa Amélie Nothomb vive. Estupor y temblores fue impreso por primera vez en 1999, en París, para después liberar varias ediciones y ser finalmente publicado en España por la editorial Anagrama; este último es el que se usará de referencia. Como nota, también se hizo un filme basado en la novela.

Amélie Nothomb comienza por describir el sentimiento de insignificancia que se tiene al querer entrar al mundo laboral (en este caso frente a la empresa que la contrató: Yumimoto), pues desde un inicio fue juzgada por lo usual: el lenguaje corporal, el conocimiento implícito y la actitud que tuvo con su superior. Lo preocupante es que parecía que el valor que se le otorgaba como ser humano era decidido por su jefe, ya fuera directo o no, así que comienza su experiencia aprendiendo que, en su mayoría, no son vitales siquiera las razones por las que te contratan, pues se te asignarán actividades a realizar de forma arbitraria, dependiendo del statu quo. Por supuesto, esto no es objetivo, pero es el proceso de rutina para la mayoría de la población.

Al trabajar en Tokio, Nothomb se da cuenta de que su trabajo y su lugar en la empresa deben ser determinados también por las tradiciones del lugar y las personas con las que se encuentra, y de que se trata de preservar valores como la obediencia, a pesar de que ésta sea ciega e injustificada, develando así que el reto de ajustarse a otra cultura tan sólo complicaría más su trayecto.

Continúa relatando cómo estos hechos fueron factores que la orillaron al colapso mental. También describe cómo esta experiencia es considerada fuera de lo común en Europa, pero completamente normal en Tokio, cosa que desbalancea más su perspectiva.

Los puntos más rescatables de esta novela se aplican a nuestra situación actual, a mi parecer, en el concepto de la vida que tenemos, ya que éste es extremadamente manipulado por las redes sociales. Parece que nos encontramos en una constante competencia por ver quién está más ocupado por un mayor período de tiempo. Alabamos el estereotipo del individuo que basa su fortuna, su éxito y su plenitud con el status laboral en el que esté. Cabe mencionar que también se tiene presente el hecho de que a pesar del inmenso, o no, esfuerzo que se realice no somos irremplazables; la mayoría de nosotros seríamos cambiados en un cerrar de ojos por una empresa a la que no le importamos, pues para ella somos simples números y existirá siempre la opción de alguien que trabajará más por menos que nosotros.

Esta entretenida novela con constantes retos, emociones perturbadas y una realidad que se amolda a tradiciones de otra cultura, es amena y deja una serie de moralejas que, en lo personal, resultan bastante útiles, pues ayuda a determinar límites que sólo se descubren al experimentarlos, pero que, como lector, podemos aprender de nuestra protagonista sin la necesidad de pasar por lo que ella vivió. Por último, algo que me gustaría destacar es que enseña que siempre existe una elección, sin importar el contexto de la persona en cuestión, y que el sufrimiento es una decisión.

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