Forjando Patria, Botellita de Jerez.

Por Ray Macías:

La década de los noventas fue una época bastante fructífera para el rock nacional, producto del movimiento Rock en tu idioma. El género había pasado de la clandestinidad a ser uno de los más buscados por las mayores disqueras del país; sin embargo, no todo era color de rosa para la mayoría las bandas. Tras pasar por un periodo de problemas económicos y cambios de integrantes, Botellita de Jerez publicaría en 1990 el álbum Busca amor que parecía sellar el destino de los botellos como una banda más que se unía al lado comercial y terminaba vendiéndose a la televisora más importante del país. Todo parecía perdido para la agrupación después de este tropiezo, pero cuatro años después y conocidos ahora como La HH Botellita de Jerez harían su regreso con su álbum titulado Forjando Patria.

Retornando a sus raíces, Francisco Barrios “El Mastuerzo” (batería y voz), Armando Vega-Gil “El Cucurrucucú” (Bajo y Voz), Santiago Ojeda (guitarra y voz) y Rafael Gonzalez (teclados, percusiones y voz), hicieron entrega de un álbum que devolvió la esperanza a todos los fanáticos de la agrupación y los posiciono nuevamente en el gusto de los amantes del rock nacional.

Gracias al estilo humorístico que siempre los ha caracterizado, la agrupación nos regala piezas como Vamos a la alberca que se trata de una parodia al estilo del ska-punk del tema Vamos a la Playa de Los Joao; y Chin Pun Cuaz, donde se nos narra la evolución histórica del baile con estilos como el twist, el chachachá, el vals y el slam  típico de los géneros más duros y pesados del rock.

La Valona de la Conquista inicia con suave blues y un solo de guitarra para después sufrir una serie de transiciones entre el ska, el rock y el huapango mientras los botellos nos dan una cátedra de historia sobre la fundación de Tenochtitlan y la llegada de la civilización ibérica al territorio de nuestros antepasados. Llama la atención el uso de fraseos que fueron tomados como préstamo de canciones típicas mexicanas como Guadalajara y hasta el propio Himno Nacional Mexicano.

¡Ay, en la tierra del nopal éramos bien chingones!
No por darles a desear purititos canelones
Y que llegan los barbones
¡Ay, si muy verdad de dios haciéndole harto de tos!
¡Ay, empezaron los balazos!
Hubo muertos y trancazos
¡Ay, jijos de Santo Claus!

La calidad técnica de los integrantes de la agrupación fue mejorando a lo largo de los años y es explotada al ritmo del funk en Sab U2ky y también en Basura Plus,  una improvisación instrumental.

El lado más “amigable al oído” de la banda sale a flote en cuatro temas: Luna Misteriosa, una balada compuesta por “El Mastuerzo” que, aunque muestra remanentes del sonido que los llevó a la comercialización, no cae del todo en los estereotipos de las típicas baladas de la época; Contracorriente y Soy y no Soy, canciones con un sonido rock-pop que nos muestran la capacidad vocal del Sr. Gonzalez ySantiago Ojeda; y Ropavejero, una balada que sobresale gracias al uso del piano y a la capacidad letrista de Barrios. Este ùltimo es una alusión al acto de despojarse de recuerdos que nos anclan al pasado, pero que al mismo tiempo se consideran inservibles en un mundo que cada vez da más peso a lo material.

Hey, señor ropavejero
Tiene muchas cosas que cargar
Los trebejos que me estorban
Lo inservible, lo que sobra
No lo vendo, se lo quiero regalar

Basura es un una reflexión cuasi existencialista y hasta una crítica política y social que hace uso de la ley de conservación de la materia para explicar cómo todo lo que nos rodea y lo que viene de nosotros se termina convirtiendo en un desecho.

En cierto periódico nacional famoso se publicaba una tira cómica semanal que corría a cargo de José Ignacio Solórzano y Trino Camacho, llamada El Santos, en ella se presentaba la vida de un personaje homónimo (parodia de El Santo), un luchador profesional que estuvo casado con «La Tetona» Mendoza (una rubia voluptuosa que siempre tenía su torso descubierto). El Santos vs La Tetona Mendoza se centra en las aventuras de dicho personaje y en el año 2012, al estrenarse la película homónima, la canción de los botellos sirvió como tema principal para dicha producción.

Los elementos culturales mexicanos siempre han sido parte de la música de la agrupación y se hacen presentes en canciones como Return to Aztlan que parece un experimento de cut-up[1] bien orquestado y que hace uso de palabras en dialectos autóctonos del país; Guadalupe, una balada en alusión a la virgen de  Guadalupe; y la ofrenda a Octavio paz, Laberinto de la Soledad, basada en el ensayo homónimo. 

El álbum cierra con la canción Forjando Patria, un intento de la banda por explicar qué es la patria haciendo uso del humor y el doble sentido para combinar diferentes símbolos culturales y elementos de la cultura popular mexicana.

Es chile de árbol en boca de todos
Es carne de Dios, es Guayaba y Tostada
Es Pepe el Torito con su Chorreada
Raza de bronce, de huesos y lodo

México, México, México Forjando Patria es, a gusto propio, uno de los álbumes más infravalorados del rock mexicano. Tras la salida de Sergio “Uyuyuy” Arau y el descalabro del álbum Busca Amor, la alineación “moderna” de Botellita de Jerez creo bastantes dudas, pero, gracias al retorno a sus raíces y a una notable mejoría en su calidad instrumental, la banda logro retomar y seguir su camino hasta el fin de sus días.


[1] La técnica cut-up o técnica de recortes es un género o técnica literaria aleatoria en la cual un texto es recortado al azar y reordenado para crear un nuevo texto.

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Ray Macías

Melómano empedernido y amante del pasado. Traducciones e interpretaciones de mensajes del ayer.

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