Gustave Courbet y el encanto de Dudevant.

Por Leonardo Páramo.

Artista: Gustave Courbet
Obra: La femme au Perroquet
Año: 1866
Técnica: Óleo sobre lienzo
Espacio: Metropolitan Museum, New York, USA.

Gustave Courbet fue un pintor francés del siglo XIX y el mayor exponente del realismo. Tenía como amigos y colegas a Max Buchon, Jules Champfleury, François Bonvin, Gigoux, Corot, Baudelaire, Proudhon, entre muchos otros. El término realismo como movimiento pictórico se fue enriqueciendo y gestando prolíficamente en las discusiones de artistas e intelectuales que se desarrollaban en la Brasserie Andler, inaugurada en 1848,  de la rue Hautefuille de Paris. En este año se da el advenimiento del segundo imperio Francés; las ideas de los artistas se centraron principalmente en temas sociales, por lo que el ideal del pintor del realismo, en contraposición con el del romanticismo, se posiciona como una forma anti-academicista de representar la realidad sin cavilar sobre la vida, estética principal que aborda el realismo como espejo de su tiempo.

Esta estética criticada principalmente por Eugene Delacroix sentenció en repetidas ocasiones la pintura de Courbet como vulgar y vacía, sumado a esto está que Courbet con su petulante arrogancia y soberbia prosigue siendo el abanderado de las discusiones de la rue Hautefuille. Después de diferentes declaraciones en los simposios donde se hablaba de los diversos acontecimientos artísticos y políticos  y donde se colocaba a Courbet como representante del realismo, Courbet declara lo siguiente:

El atributo de realista me ha sido impuesto como a los hombres del 1830 se impuso el de románticos. Las etiquetas no han dado en ningún tiempo una idea justa de las cosas; si hubiera sido de otro modo, las obras habrían sido superfluas. Sin detenernos en la mayor o menor propiedad de una calificación que nadie, es de esperar, está obligado a comprender hasta el fondo, me limitaré a algunas palabras de aclaración, para salir al paso de malentendidos. No he querido imitar a los unos ni copiar a los otros, ni tampoco he tenido la intención de alcanzar la inútil meta del arte por el arte.
(Pinto, 1972, p. 16).

En diferentes pinturas de Courbet como lo son Vendimia en Ornans, Señoritas del pueblo dándole limosna a una vaquera en un valle de Ornans, o también en, el encuentro, coincido con Delacroix en sus aforismos, es escaso estéticamente aunque retrata bastante bien el panorama de la vida parisina de mediados del siglo XIX. No obstante, la mayor virtud que tuvo Courbet fue la especialidad de retratar los desnudos con maestría en el pincel.

En esta pintura se puede contemplar a una mujer, quien es la escritora Solange Dudevant, ex esposa del escultor Auguste Clésinger. Después del segundo matrimonio de Dudevant nacen dos niñas que mueren, esto producto de la imprudencia del matrimonio. Bajo este contexto Courbet retrató la intimidad de una mujer trastocada por el fracaso de ambos matrimonios y por la muerte de las dos hijas; los contrastes en los colores que recrean el escenario idílico para mostrar la desnudez de Dudevant no solo física, sino también emocional, lo convierten en un acto de valentía, pero Courbet, con su lúcido ojo, logra ver más allá del erotismo que desprende el retrato y convierte el profuso dolor en el que ella se encontraba sumergida en una virtud que pudo materializar adecuadamente balanceando el contexto de la pintura con la pintura misma.  





El loro que posa sobre su mano, de acuerdo con el simbolismo utilizado infinitamente como el animal bufon de los piratas, para este contexto, figura como el animal que inspira lealtad y fertilidad por los colores vividos que le añaden belleza y deseo, pero principalmente figura principalmente como el medio en que Dudevant, reconociendo su fragilidad, lograsurgir nuevamente del abismo en que se encuentra.











Al otro lado de la pintura, se muestra un perchero y un candelabro vacíos. La imagen Ella postrada en una cama con sabana blancas dentro de un cuarto crea un ambiente crepuscular y solitario, ambiente ideal para reconocerse a uno mismo y despojarse del pasado que agrede sin distinciones.









Indudablemente esta pieza de Courbet, que se conoció póstumamente, es una grandiosa obra. Aunque muchas pinturas a mi parecer no sobresalen como los desnudos que ejecutó, el lenguaje figurativo que plasma en ellos es el mayor logro que le atribuyo al artista, pero esencialmente en esta obra, que para mi es la mejor, se muestra extraordinariamente bien ejecutado el balance estético en las proporciones físicas de Dudevant y los colores que en la paleta empleó. Sumado a esto, la interpretación de la pintura le agrega mayor belleza que en cada trazado visualmente se disfruta.

Bibliografía:

PINTO, Sandra. Courbet. España: Ediciones Toray, 1972.

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Leo Páramo

De la nobleza del corazón y de la mente

2 comentarios sobre “Gustave Courbet y el encanto de Dudevant.

  • el 10 noviembre, 2019 a las 3:40 pm
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    Considerando el caracter de sus hijas, mi ensenanza no las conferira con ligeros logros para ser mostrados en el salon de visitas; se convertiran en pintoras. ?Usted se da cuenta de lo que esto significa? En el medio social de la clase alta al que usted pertenece, ser revolucionario, me atreveria a casi decir que catastrofico, ?Esta usted segura de que nunca vendra a maldecirme el dia en el que el arte, habiendo ganado el acceso a su casa, ahora tan respetable y pacifica, se convertira en el solo arbitro del destino de sus hijas?

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  • el 9 abril, 2020 a las 4:02 pm
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