Influences before influencers.
Por Juana Mezcales:
Cuando se habla de jóvenes con esa característica relajada, a la vez con expresiones de “no te metas conmigo”, y entre ellos una chica, éstos dentro de la década de los 90’s, supongo que enseguida relacionas ese noise característico, voces crudas, a veces con gritos, todo el tiempo con la presencia de los pedales, notas que suben y bajan; son impredecibles.
Sonic Youth, banda formada en Nueva York en 1980 y conformada por Thurston Moore, Lee Ranaldo, Kim Gordon, Steve Shelley, después en 2006 se uniría Mark Ibold. Es hasta el 2011 que se retiraron de la música y cada quien tuvo sus proyectos por separado. No todo dura para siempre.
En 1990 la banda sacaba su sexto álbum de estudio, Goo con el cual lograron destacar en la escena musical dentro del rock alternativo, ya que fue más mainstream alcanzando su mayor punto de popularidad. Gracias a este álbum muchas bandas se han influenciado por los guitarrazos, distorsión y experimentación sobre todo.
Además de toda esta gran influencia, dentro de la cultura pop destaca el arte del álbum con ilustraciones del artista Raymond Pettibon, norteamericano de Tucson, Arizona que dio a conocer su trabajo en los años 70’s; sin embargo fue hasta mediados de los 80’s y 90’s que trabajó con varios músicos como Black Flag, considerado un artista de culto dentro de la escena underground, y se dedicó a utilizar la tinta acrilica o gouache sobre papel, por lo general con fondo blanco utilizando los recursos de la época americana, como surfistas, jugadores, artistas del cine, televisión o simplemente figuras públicas que salían en los medios como Charles Manson o Kennedy.
Otra parte fundamental, por decirlo de cierta forma, es la mezcla de texto, con lo que el artista plasma sus propios pensamientos o toma prestadas frases sacadas de contexto de obras clásicas de la literatura o el cine.
La ilustración de la portada del disco Goo de los Sonic Youth está basada en una fotografía que apareció en la prensa de 1966, donde se encontraban en camino a juicio en el que resultaron condenados a cadena perpetua; pero, ¿qué fue lo que esta pareja de enamorados hizo?
Ella fue niñera en Manchester, se llamaba Myra Hindley, en 1961 conoce a Ian Brady, un perturbado con tendencias sádicas que gustaba de torturar a humanos y animales. Transformó lo que era una persona virginal y con influencias del catolicismo en el terror de Inglaterra durante 3 años.
La pareja protagonizó el asesinato de 5 menores de edad cuyos cuerpos enterraron clandestinamente: en las páramos de Saddleworth, en Gran Manchester. En octubre de 1965, cometen su último asesinato, un joven de 17 años, Edward Evans, es la víctima.
Brady acaba con su vida de un hachazo durante una reunión familiar en la que ambos reciben la visita del hermano de éste, David Smith. El tan famoso té de las cinco se convierte en una pesadilla, la pareja platica sobre sus crímenes con soltura. Sin culpa alguna y hasta con algo de presunción citan a David para que les ayude a deshacerse del cadáver de Edward. Smith, horrorizado por la cita tan peculiar, acude a la policía, por lo que son delatados y enjuiciados.
Si se habla de inspiración, se podría decir que se puede tomar de todas partes, por lo cual ha trascendido esta portada hasta la actualidad en playeras, posters, etc.
De igual forma la banda The Smiths, aprovecharon de estos hechos de violencia que revolvió a la sociedad en Inglaterra, componiendo la canción Suffer Little Children en 1984.