“La condesa sangrienta” de Alejandra Pizarnik con ilustraciones de Santiago Caruso

Por Mariana Cuevas:

La de la condesa Báthory (Erzébet Báthory) es una famosa y peculiar historia que llama la atención por su lúgubre y violenta naturaleza; pero es gracias al morbo de la gente por conocer los detalles de ésta que un libro es creado para satisfacer la necesidad visual y escrita.

Los asesinatos cometidos por dicho personaje tienen un origen que recae en la belleza perpetua y en una perturbadora sexualidad. Se dice que el número de muertes llegó hasta 605 mujeres y niñas; sus sirvientas fueron consideradas cómplices, pues formaron parte de los juegos de tortura que deleitaban, cual espectáculo, a la condesa.

A pesar de lo aterrador y sangriento que retrata la historia, este libro describe de manera poética, pero honesta, las diferentes y crueles actividades que solían hacerse con todas aquellas muchachas que Báthory secuestró y desapareció de la existencia. La autora enfatiza en una muy detallada descripción cada tortura conocida y brinda un contexto en el que se conoce la perspectiva del verdugo y sus diferentes herramientas, al igual que métodos.

Se incluyen, por supuesto, los ritos más importantes que la condesa solía tener, y con eso me refiero a la sangre de sus víctimas como un dulce baño de juventud en el sentido más literal de la palabra. Ésta es una de las muchas razones por las cuales necesitaba a sus sirvientas, para completar el proceso. Uno de sus miedos más grandes era envejecer y perder su belleza, he ahí la razón de la sangre.

Cada relato es acompañado de una rica y simbólica representación ilustrada con una hermosa gama de colores contrastantes como lo es el rojo con el blanco, que, en parte, simbolizan la inocencia de las víctimas y la forma en la que ésta se pierde lentamente con cada gota de sangre que es derramada; al igual que lo tenebroso con una perspectiva literalmente oscura en varias de las ilustraciones. Llaman la atención de cualquiera que pase sus dedos por estas páginas. Se continúa relatando el resto de su vida y las monstruosidades que continuaría cometiendo hasta su deceso. El libro tiene un total de 26 ilustraciones simbólicas con un estilo atrayente, retratando la locura y el sadismo puro de la condesa Báthory.

Es una lectura interesante y entretenida si se disfruta de la poesía y el horror mezclados en una gran historia que lo único que pide es una mente abierta que se deje llevar por la curiosidad, disfrutando el balance que la autora y el ilustrador logran.

Se recomienda discreción, ya que no es una lectura para todo el mundo y mucho menos para todas las edades. Opino que también puede ser apreciada, a pesar de no tener un gusto por estos temas, como una obra de arte con elementos inquietantes, pero expuestos de una bella manera.

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