La noche que conocí a Damien Rice
Por Guillón Rosas:
En algún momento de mi vida tuve una persona muy cercana que, al escuchar la travesía que viví ese día, me dio el consejo que hasta hoy decidí guardar en mi bolsillo: “deberías de escribirlo Memo, deberías de guardar esta memoria para siempre…”
Siempre creí que ya atesoraba esto en mi memoria con tan solo haberlo vivido, pero ¿qué tanto recordamos con los años? Hoy en día al darme cuenta de que algunas cosas se han vuelto difíciles de recordar, decidí más allá de mantenerlo en mi memoria, intentar colocarlo en palabras escritas.
Recuerdo que fue en el año 2009, iba camino hacia la Ciudad de Mexico en una travesía que entre varios destinos terminó en el Auditorio Nacional, para ser más precisos a un costado, en el Lunario.
Todo el camino venia pensando en cómo se sentiría presenciar el melódico violoncelo, la angelical voz de Lisa Hannigan, y la voz y pasión de Damien Rice; en realidad, tengo que aceptar que en el momento que me enteré de que únicamente se iba a presentar Damien Rice sentí una pequeña decepción pensando que le iba a faltar atmosfera al espectáculo. De pronto empezó el concierto únicamente con un hombre simple, vistiendo jeans, acompañado de su guitarra, un banquillo y un vaso de agua, todo rodeado por velas encendidas de color rojo, y después de la primera canción noté que no pude estar más equivocado en mi vida con respecto a la falta de atmosfera.
Él interpreto varias de las canciones que más influenciaron mi adolescencia, canciones que hasta el día de hoy no puedo escuchar como Delicate, Cheers Darlin, Grey Room, 9 crimes, i remember, Cold Water, Hallelujah, Dogs, Eskimo, Unplayed Piano…, que va… no podría escuchar los discos enteros de Cannonball, 9 crimes y O sin caer involuntaria, pero permisivamente en un momento de melancolía.
Creo que el ser humano está constantemente en movimiento, sin embargo, no siempre es consciente de ello; de la misma manera, sus emociones están conectadas a los hechos y actos o memorias que acontecen día a día, por lapsos, podemos sentir distintas emociones al realizar distintas actividades, incluso en un mismo día sin estar consciente de ello. La apreciación del arte suele precisamente despertar esta percepción y llevarnos a un estado influenciado por el artista.
La melancolía, para mí, dejo de ser un estado negativo y se convirtió en un momento en el que yo decido clavarme a disfrutar la vulnerabilidad de mis sentimientos, desde que lo escuche por primera vez, Damien logro causar un impacto único en mi manera de percibir la música, y al escucharlo ese día fui testigo de cómo estremeció a todos los presentes con su música y, entre varias sorpresas como cantar sin equipo de audio a todo pulmón, orquestó con el publico 2 coros masivos a contratiempo, y realizó un acto en Cheers Darlin completamente alcoholizado, transmitiendo el dolor del desamor a cada uno de los presentes.
El arte como actividad se ha definido de muchas formas en la historia. Yo siempre la he entendido como la capacidad de realizar un acto o producto, que, sin mayores explicaciones, ya sea siendo parte o solo testigo, logre trasmitir la realidad o percepción del artista a su audiencia, y ese día vi a uno de mis artistas favoritos demostrarlo.
La noche no podía ser más perfecta hasta que el concierto terminó una vez retirándonos del foro decidí llamar a mi hermano con quien previamente acordando que pasara por mí, afortunadamente se quedó dormido y recién le marqué se puso en marcha hacia el Auditorio Nacional de ahí ir de regreso a casa, mi compañía y yo decidimos esperar con un cigarro en el área de estacionamiento y fue ahí donde sucedió.
Ese momento mi encendedor deja de funcionar sin aviso previo y la gente que me rodeaba no aparentaba intención de prender un cigarrillo; él estaba de espaldas, usando un saco notoriamente irlandés y rodeado de una nube de humo, se veía relajado y con esa sensación de satisfacción que viene después de haber dado un buen concierto. Al principio no lo reconocí, pues estaba situado en la calle como una persona normal, se veían agentes de seguridad cercanos, pero no alrededor de él.
Me acerque y le pedí me prestara su encendedor sin saber quién era, y cuando se tornó accedió sin preámbulo mientras yo permanecí estático…, pues era Damien., cuando mi hermano llegó, tuvo que esperar un rato, pues ese día bajó una estrella a platicar conmigo, y decidió compartir dos que tres tips de magia, mismos que fortalecieron parte de mis valores artísticos y personales.
Continuará…
“And I die when you mention his name
Cheers Darlin – Damien Rice
And I lied, I should have kissed you
When we were running in the rain
What am I darlin’?
A whisper in your ear?”