La visión de Graciela Iturbide
Por Leto Gómez:
Graciela Iturbide es una de las grandes fotógrafas en México, comenzó su incursión en la fotografía a principios de los años setenta y tras cinco décadas de trayectoria es considerada una de las figuras más importantes de la escena fotográfica. Su trabajo se enfoca en documentar las comunidades indígenas del territorio mexicano. Ha captado los festivales de matanza de cabras en la comunidad mixteca de Oaxaca, al igual que ritos funerarios, diversas prácticas culturales, paisajes complejos, aves y a sí misma.
Esta gran fotógrafa no pasa desapercibida en México: en su honor se le incluye en murales, postales y señalamientos viales en la región de Juchitán. Al tener una visión creativa y excepcional, esta artista sabe transmitir a la perfección ciertos mensajes, lo cual ayuda a que sus imágenes pintadas con luz cobren vida.
Entre sus obras más importantes se encuentra la fotografía Nuestra Señora de las Iguanas: la tomó en el año de 1979, la protagonista que encabeza este retrato fue Zobeida Díaz, una vendedora que lleva su mercancía en la cabeza como si fuera una corona. El retrato, a primera vista, transmite seriedad, confianza y seguridad, creando un balance perfecto entre la figura femenina humana y lo animal, ya que todas las miradas comunican una especia de aspiración por algo más. Claro está que en el aspecto técnico siempre utiliza como cromática la escala de grises. Tiene un perfecto balance de altos contrastes, destacando siempre la gran nitidez de su imagen. Sobre la toma de esta fotografía comentó lo siguiente:
“Sólo una foto, de las doce que tomé de ella, me agradó, porque era la única donde las iguanas levantaron las cabezas como si estuvieran posando ante mi cámara.”
Otra de sus grandes obras es Mujer ángel. Esta imagen fue tomada, al parecer, en un desierto: ofrece una gran profundidad de campo, el cual respeta la regla de los tercios, capturando por la espalda a una mujer indígena ataviada con un vestido tradicional, sosteniendo un objeto distintivo de la vida urbana de la época, un estéreo portátil. En esa imagen destaca ese juego de elementos entre lo urbano y lo rural, que en lo personal me llama la atención junto con el cómo lo pudo combinar y capturar a la perfección; además, juega un papel muy importante la textura del mismo entorno, como es la vegetación: lo mezcla con un perfecto balance de blancos y altos contrastes, denotando cierto ritmo, armonía y una gran técnica fotográfica.
El enfoque que tiene la obra de Iturbide es relativamente sencillo, sin tripié, flash ni lentes de telefoto. Sigue su curiosidad e instinto, que son aspectos claves para llegar hacer un gran fotógrafo. Además, esta artista nos enseña la visión que tiene en su mente, que es fotografiar lo que más te gusta. Bien dijo:
“Mi inspiración artística está en la vida: en lo que veo y en lo que hago”.
Actualmente el museo Tate Modern (Londres, Reino Unido) presenta una retrospectiva de su obra. Su trabajo se encuentra en gran cantidad de publicaciones y colecciones de todo el mundo.