Las Letanías de Satán Diamanda Galás y sus portadas. Vol I
Por Andrea Caballero:
Nacida en San Diego el 29 de agosto de 1955, pero de origen griego, Diamanda Galás es una compositora y cantante que ha coqueteado de forma sensual, desesperante y trágica con el blues, el jazz, el electro y la vanguardia, siempre acompañada de su característica voz, que bien podría anunciar la venida del salvador o podría abrir las puertas del infierno dando paso al ejército de Satanás.
Abre la boca y desde la primera nota que se estrella contra nuestros oídos, nuestra espina dorsal se derrite, la piel se vuelca en una orgía de sensaciones y nuestro cerebro apenas y puede procesar sus letras deliciosamente herejes, oscuras y rebeldes, además de la música bien compuesta, perfecta para ser escuchada con poca luz y con una bebida fuerte; y, ¿por qué? pues porque cada una de sus canciones nos llevan a historias donde imperan la tristeza, la agonía, el dolor, la rebelión, la sed de cambio y sin duda la sensualidad.
Si la has escuchado y ha logrado cautivarte, más bien esclavizarte, he de apostar que no la cambiarías por nadie, porque es imposible hacerlo, ella es única en su especie, mujer que inventó su propio ser, mujer cuyo arte dan ganas de propagar por el mundo y convertirlo en religión.
Para varios de nosotros el primer acercamiento se dio con el cover que hizo del tema de Billie Holiday, Gloomy sunday, un himno de la Gran depresión (periodo de 1929 a 1949 cuando se vivió la mayor crisis económica de la historia), pero más tarde hablaremos de ello.
Además de su poderosa voz, la Señora Galas es pianista, a los 14 años ingresó a la Orquesta Sinfónica de San Diego y desde entonces sus estudios se basaron en la música y el arte, que más que ser su vida profesional son la raíz de su vida, de su ser. Ella ha llevado su trabajo a grandes salas de conciertos en todo el mundo, recintos de culto, hospitales psiquiátricos, las calles, ella ha estado en todos lados.
En 1982 lanzó Litanies of Satan, álbum que sería la punta de lanza a la fama mundial, donde interpretó parte del trabajo de poetas como Charles Baudelaire, Gerard de Nerval, o Paul Celan. En la portada del disco nos deja ver su rostro en un rojo infernal, sus ojos son borrosos y sus manos se observan en plena acción, como evocando lo maldito, leyendo los versos de un libro maldito que solo las más grandes brujas están destinadas a conocer, a la luz de una poderosa luna.
En 1988 y de nuevo con una fuerte carga religiosa , trajo al mundo You must be certain of Devil, que es el quinto álbum en su carrera; la vemos de nuevo a través de un ojo inyectado en sangre, como el de una bestia en plena agonía, con una ventana a su espalda, pensativa con revólver en mano, regia y dejándonos con la incertidumbre de si planea terminar con la vida propia o con la de alguien más.
Portada de You must be certain of the Devil
En 1991 en una muestra de genialidad grabó Plague Mass en la catedral de Saint John The Divine, en Nueva York, donde su música se convirtió en un arma contra la iglesia creada en sus propias entrañas, un arma bien afilada y con una composición envidiable. Sus letras: sustanciosas, agresivas y elegantes; en la portada de este disco su piel es totalmente roja y brillante, como si fuera sacada de un cabaret infernal, lista para ser uno de los iconos más oscuros de la dimensión pop.
The singer es un disco que destaca en la trayectoria de esta diosa del jazz, el blues y el avantgarde. Se trata de una compilación de covers de grandes figuras, interpretadas al más puro estilo de esta bruja de raíces griegas. De aquí sale una de sus piezas más comerciales, la antes mencionada Gloomy sunday, originalmente de Billy Holyday, y también temas poderosos y de corazones de cenizas como I put a spell on you. Además del contenido, la portada del álbum es distinta, lejos de su acostumbrado rojo sangre, observamos a una Diamanda de rostro despejado, de expresión melancólica y casi serena, bañada de luz azul, dándole un significado más profundo al estado de ánimo que en inglés se hace llamar blue.
Diamanda no pretende, todo aquello que sale de su boca proviene de la experiencia o de algo que pronto se convertirá en una, ya que su hermano (gran influencia en su vida) contrajo VIH; en muestra de verdadera solidaridad ella se tatuó en los nudillos la frase “We all are HIV+”, además de impulsar la investigación y acciones para combatir la enfermedad, sin mencionar que The Singer fue dedicado a todas las personas que viven con esta condición.
Entre sus admiradores podemos contar con músicos de la talla de John Paul Jones de Led Zepellin, con quien lanzó un álbum fuera de su melancólico estilo y más cercano al rock, éste fue bautizado como The Sporting Life en 1994. La portada de este inesperado trabajo nos muestra también a una Diamanda estéticamente distinta: un vestido rojo, corto y ceñido, una caballera lista para seducir y ella posando sobre el cofre del auto, sonriendo casi histéricamente, mientras John se encuentra atrás de ella al volante, disfrutando de la visión ante sus ojos.
El crecer perteneciendo a una religión bien arraigada en la familia no asegura vivir una espiritualidad plena o la tranquilidad del alma, para 1996 Diamanda estaba muy segura de ello y publicó su libro de versos The shit of God, un compendio de sus escritos dirigido principalmente a todas las personas que la escuchan y todavía no logran entenderla o simplemente para toda aquella persona que desea conocer el genio de esta mujer en otro campo.
De los poetas malditos debería ser parte, para 1997 su original voz fue parte del disco Closed On Account of Rabies, un disco tributo a uno de los oscuros y más prolíficos escritores de la historia Edgar Allan Poe, donde participaron íconos de la talla de Iggy Pop y Debbie Harry.
Siguiendo con su lado oscuro y sensual en 2003 colaboró con Alan Wilder (miembro de la primera etapa de Depeche Mode) en su álbum Liquid. En ese mismo año dio a luz a su álbum Defixiones, Will and Testament: Orders From the Dead, que se caracteriza por su profundo reconocimiento a las víctimas griegas, asirias y helénicas del genocidio turco, donde las primeras como último recurso grababan en sus lápidas advertencias y maldiciones con el fin de proteger a sus muertos y la dignidad de sus restos; además, nos obsequia, incluyendo el trabajo de poetas como Siamanto. En esta portada vemos a una Diamanda capaz de ser la muerte misma envuelta en un velo negro, sus párpados oscuros como las entrañas de la tierra y una mirada desafiante, la clase de mirada que tiene alguien que ha vencido sus batallas.
Diamanda es la regente de sí misma, de su propio infierno. Ella es la furia, sed de justicia, gritos rabiosos, piel roja, cabellera de Medusa, labios de sangre, letras de dolor, palabras de independencia, ropa negra, espíritu rebelde, talento en estado puro, mujer de convicciones. La Sra. Galas es un ser mitológico.