Primera parte: Chilling Adventures of Sabrina, una serie de brujas, ninfas y postfeminismo.

Por Héctor Fabián García:

Como hombre es difícil hoy en día hablar y abordar temas relacionados con el movimiento feminista y los distintos feminismos; sin embargo, abordar el tema desde una perspectiva masculina es un ejercicio de reflexión que deberíamos realizar entre hombres para repensar nuestras masculinidades. Por ello, sin afán de hablar en voz de las mujeres, la siguiente reflexión es un análisis al discurso narrativo y argumentativo de la serie Chilling Adventures of Sabrina como hombre y no como feminista, pues es claro que el movimiento feminista es un movimiento propio de las mujeres, razón por la cual entiendo que hablar sobre postfeminismo es ya de entrada un tema delicado, mas no indiferente e irresponsable.

Ante tal circunstancia mi interés en analizar esta serie de Netflix es realizar un ejercicio hermenéutico del trabajo de Roberto Aguirre-Sacasa, creador de los cómics: Chilling Adventures of Sabrina y Afterlife with Archie que abordan de manera reivindicativa los temas de genero desde una cultura de masas como son los cómics y las series de televisión. Dicho lo anterior, esta lectura que realizo la dividiré en partes, debido a las tres temporadas que actualmente tiene la serie, por ello mi interpretación versa particularmente sobre la importancia del feminismo, o los feminismos, en el discurso fílmico de la cultura de masas.

Ahora bien, quiero iniciar diciendo que la primera temporada de Chilling Adventures of Sabrina es increíble, es más, me arriesgo a decir que es políticamente oscura porque tiene una escritura entrelineas un tanto compleja. Lo interesante es que es maravillosamente siniestra con los postulados de los diversos feminismos. Es una serie controversial que contrasta y en algunos capítulos se antepone al discurso del feminismo liberal, radical, descolonial y hegemónico, intenta ir más allá de ellos, entra en la esfera de lo queer pero también lo deconstruye.

Debo reconocer que es una serie en la cual me ha costado trabajo leer el (sub)texto y su contenido político, por momentos es conservadora y de repente da giros liberales abrumadores, su narrativa visual y discursiva trasciende el ejercicio de lo público y lo privado, crea una simbiosis que diluye la concepción binaria del género y del ejercicio político, entre libertarios y conservadores. Los personajes que engloban el universo de Sabrina son constantemente disimiles, impolíticos, contradictorios y subversivos.

Chilling Adventures of Sabrina es una serie blasfema, pero no porque vaya en contra del cristianismo o del patriarcado, es blasfema en el sentido de que profana los distintos plurifeminismos, cómete herejía contra esa «identidad feminista», renuncia a su principio de origen para poner sobre la mesa problemas de desigualdad social y cultural. Adopta distintos feminismos que posteriormente deconstruye para atentar en contra de los mismos feminismos que lo arroparon. El personaje de Sabrina es conflictivo para algunas feministas, porque explota al máximo su capital erótico, ya que en ningún momento renuncia a su feminidad, sino que por el contrario la enaltece gradualmente, su look muta de manera políticamente seductora, es una nínfula que asume su posición privilegiada, pues sabe que ahí radica su hegemonía, su condición de mestiza es el reflejo de un marranismo político.

Los personajes van más allá del tema de género, hacen visible la importancia del capital erótico que tiene cada uno de ellos. Son personajes con conflictos de identidad que redescubren constantemente su sexualidad y deconstruyen su género. En ese sentido, por momentos parecen sujetos liberales, sin embargo, su constante choque con las normas sociales e institucionales los convierten en personajes un tanto progresistas y casi anarquistas. Cabe señalar que el enemigo que enfrentan no es necesariamente un agente externo, sino interno, pues su lucha constante es consigo mismos, son personajes que se descubre y se redescubren; moral e “inmoralmente” de manera constantemente, su identidad es difusa, conflictiva y al mismo tiempo impolítica.

Chilling Adventures of Sabrina es una serie posmoderna y no es casual que su origen esté arraigado en los cómics, Roberto Aguirre-Sacasa es un fan de esta literatura y sabe muy bien que un skrull y un simbionte son personajes «ficticios» que tienen un conflicto de identidad consigo mismos. El personaje de Sabrina es un agente parasitario (una mestiza) que carcome poco a poco dos cuerpos institucionales, violentando así de manera transgresora el ejercicio de lo público (el mundo de los mortales, o sea, la iglesia cristiana) y el privado (el mundo oscuro, o sea, la iglesia de Satanás). En suma, la primera temporada de Chilling Adventures of Sabrina es una serie intempestiva con una interesante narrativa y giro discursivo postfeminista.

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