Shhhhing… quién no grite «VIVA MÉXICO»
Por Alejandra Martín del Campo:
Celebremos a Guillén de Lampart, quien a finales del s. XVII intentó gobernar la Nueva España para romper con la esclavitud de los nativos, mestizos y negros de la américa y cuyas ideas tan revolucionarias lo llevaron a morir quemado en la hoguera en el año de 1659.
Celebremos a Servando Teresa de Mier por ser una voz temprana en contra de la colonización española.
Celebremos a Miguel Hidalgo y a Ignacio Allende, pues, a pesar de no ser las voces promotoras de la Independencia, sí encendieron una mecha emancipadora que hubo de recorrer todos los rincones de América, quebrando el poder colonialista de España, mismo que jamás recuperaría.
Celebremos a José María Morelos y Pavón y a hombres como los Galeana, los Bravo, los Guadalupes, Quintana Roo, Vicente Guerrero y muchos más, que lucharon por una nación americana libre y autónoma.
Celebremos a mujeres como María Josefa Ortiz de Girón, Leona Vicario, la “Güera” Rodriguez, Mariana Rodriguez del Toro y Lazarín o María Martínez de García Rojas, que no obstante ser beneficiadas del sistema novohispano financiaron, instigaron y/o dieron su vida por una nación libre y soberana.
Celebremos a Miguel Antonio Fernández Félix, quien empuñando su espada y a la voz de «La Victoria o la muerte, pero nunca más sometidos y que la Virgen de Guadalupe nos acompañe» suprimió a las fuerzas reales apostadas en Oaxaca y quien, a partir de ese momento, sería conocido y reconocido como Guadalupe Victoria.
Celebremos a Agustín de Iturbide por ser quien consolidó la Independencia.
Celebremos a todas aquellas personas cuyos nombres y rostros no fueron registrados por la historia y cuyos cuerpos hoy yacen en tumbas olvidadas, pero que igualmente se unieron en la esperanza de una nación libre y justa.
Celebremos, pues, a todos aquellos hombres, mujeres y niños, americanos y españoles que un día lucharon y dieron su vida porque creyeron que esta nación merecía tener un nombre propio.
¡VIVA MÉXICO!