Tomie: la melodía del horror de Jungi Ito

Por Oliver Miranda:

En 1988, el mangaka Jungi Ito marcó un hito en la historia del horror dentro del manga y del género en general cuando lanzó una de sus obras más representativas de su carrera: Tomie. A lo largo de sus publicaciones, los lectores se metían en un mundo que hacía un juego entre lo cotidiano y el terror sobrenatural del corte lovecraftiano sin dejar de lado los esmerados dibujos del autor para adentrarse cada vez más un universo que es dominado por este ser camuflado como humano.

Las historias de terror tienen como hilo conductor a Tomie, una bella chica que en cada uno de los relatos aparece en situaciones en las que empuja a los diversos protagonistas a la locura más absoluta y a conductas descarriadas que la involucran; termina en crímenes, angustia y desencanto al no ser ella lo que aparenta ser. Jungi Ito hace un juego entre la belleza y la demencia a la que se someten sus personajes al interactuar con la chica que parece renacer una y otra vez en circunstancias grotesco y horríficas.

La obra del reconocido mangaka se ha hecho de culto completo en Japón, y al ser compartida en formato manga ha hecho que las expectativas alrededor de las obras audiovisuales de su obra sean demasiado altas (de hecho, pocas de sus obras han sido llevadas al formato animado y aún menos han sido aceptadas por el público como buenas); y es que buena parte del encanto de su obra consiste precisamente en las ilustraciones que le dan el realce a sus historias. En Tomie hace ilustraciones que de aparente simpleza realzan los rasgos de la protagonista para pasar a algo que parece característico en su obra: entre más grotesco y sobrenatural es lo que sucede, mayores son los detalles del dibujo, que a su vez le dan un grado de belleza a las ilustraciones y, sobre todo, de estética.

El género del horror en Japón es una experiencia completamente distinta a lo que vivimos en occidente en general. Podríamos decir que se mezcla lo sobrenatural con lo psicológico, lo que nos da como resultado un sentimiento al que no nos encontramos tan acostumbrados. Tomie es una buena manera de ir conociendo este nuevo crisol de emociones que, pese a lo que hace sentir al lector, lo hace queriendo saber más.

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Oliver Miranda

Entre más leo, menos desconozco, entre menos desconozco, más me intrigó.

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