“Chico, los comics te romperán el corazón”
Por Jesús Cárdenas:
Esta frase salida de Mister Miracle por Tom King y Mitch Gerards es una realidad para raros y conocidos de la novela gráfica, pero ¿a qué se refiere esta frase? Recuerdo hace ya un año cuando en una pequeña presentación donde R.G. Llarena –editor de Heavy Metal Magazine– comentaba acerca de explotar los sentimientos más básicos de las personas dentro de la narrativa del cómic. También es un tema que he platicado con mis amigos en varias ocasiones. He leído acerca de esto en Bakuman –manga de Takeshi Obata y Tsugumi Ohba–, además de una necesidad de hacer a los personajes más aterrizados a nuestro entorno, que es algo que se dice que buscaba Stan Lee en su larga trayectoria en Marvel. Aunque no es algo exclusivo de los cómics, es de lo que yo sé y de lo que les voy a hablar en esta ocasión, pero con un enfoque algo especial, que trataré un poco más adelante.
Retomo Bakuman, que trata sobre dos chicos que se enfrentan al rudo mundo del manga en Japón. Dentro de sus páginas hay una parte en la que su editor les menciona que los lectores no son tontos y saben cuándo fuerzas una situación en tu historia para hacerlos llorar o reír, y es verdad. Hablando de una serie aún más famosa, Naruto –SPOILER–, donde, por ejemplo, tenemos la muerte de Jiraya que se siente orgánica y “duele”; pero también nos presentan la muerte de Neiji que sólo está ahí y ya.
Sin embargo, estamos hablando de series con años de publicación y algún que otro altibajo. En los cómics y manga hay pequeños momentos, unas cuantas páginas, números de relleno o extras, que son rompemadres, que al leerlas te hacen un nudo en la garganta, te sacan una sonrisa o dejan un vacío en el pecho; y eso las hace especiales: conozcas al personaje o no, te pegan.
Ejemplos hay muchos, y quiero mencionar los más especiales para mí, esperando en algunos ejemplos no quitarles las ganas de disfrutar de estas obras que son realmente impresionantes.
Comencemos con My Hero Academia del cual ya he hablado anteriormente. El primer capítulo nos muestra a un chico al que toda la vida le han dicho que no puede cumplir su sueño de ser un héroe, y la persona que más admira en el mundo le da la esperanza de que sí lo puede lograr. La forma en cómo lo desarrolla y dibuja el autor te hace empatizar, sonreír y quizá hasta llorar.
Volvamos a Bakuman, y a este manga puedo dedicarle una columna completa. Creo que, de todos los momentos, el que más quiero resaltar en este momento es cuando uno de sus protagonistas busca romper la promesa que le hizo a su enamorada –la promesa de no verse hasta cumplir el sueño de ambos– sólo para darle apoyo en una situación que a ella la agobia, y todo este conflicto es solucionado con el dialogo de pareja.
Ahora visitemos One Punch Man, una obra llena de comedia, pero que en un extra dentro de su primer volumen… Mejor léanlo, recuerden: de izquierda a derecha.
Muchos mangas por hoy, vamos al cómic americano y el motivo por el cual hago esta columna. En Nightwing, en su nueva etapa escrita por Tom Taylor e ilustrada por Bruno Redondo, hay un par de páginas que puede llegarle a cualquier amante de los animales: un héroe que ha luchado contra amenazas que lo sobrepasan, el primer Robin, salva a un perrito. <3
Sigamos con DC y uno de sus orígenes más trágicos y que nunca debemos de olvidar: tras el asesinato de su dueña, Dexter, un gatito, es tirado a la calle mientras se investiga el caso, y a un par de adolescentes les parece muy divertido meterlo a un saco y lanzarlo desde un puente al agua; es ahí donde el anillo de los linternas rojas siente su ira y lo escoge como su portador evitando su muerte, y adoptando el nombre Dex-Starr jura vengar a su dueña y jura ser un buen gatito –ésta me pega porque tengo gatos, jajaja–.
Llegamos a Marvel, y como no quiero llenar esto de Spider-Man, comencemos con Deadpool. Ésta es una que todos se saben: Wade se topa con una chica a punto de suicidarse, busca que se sienta mejor, sin embargo, no lo logra; pero la hace buscar ayuda profesional, porque él no puede ayudarle, pero conoce quien sí.
Y ahora sí, el Hombre Araña, y voy a resaltar dos momentos. Otra que todos se saben es “Leah”, ilustrada por la gran Colleen Doran: vemos a una niña que admira a nuestro amigable vecino y sueña por ser llevada a viajar por Nueva York con el trepamuros como guía; desafortunadamente, lo que se retrata es el último sueño de Leah, pues fue encontrada por Peter desmayada al borde de la muerte, y él nunca pudo salvarla –está lloviendo–.
Otra vez en que el lanzatelarañas nos hizo llorar fue en Friendly Neighboor Spider-Man #6, donde conocemos a Spider-bite, un joven de origen misterioso que tiene los mismos poderes del Hombre Araña… por un día. A lo largo de este número descubrimos que es un niño de nueve años y medio con cáncer, y Parker sólo estaba ahí para jugar con él y arroparlo para dormir quizá por última vez.
Ya lloré mucho escribiendo esta columna. En los cómics retratan a los héroes más poderosos en grandes batallas, y algunas nos dejan conocer a estos personajes de una forma más terrenal. Podemos empatizar con ellos o nos dejan pensando en lo que habríamos hecho de estar en una situación similar.
Y, bueno, para mí, alguien que sueña con trabajar y vivir de dibujar cómics, la frase “chico, los comics te romperán el corazón” es mucho más. Son un medio de entretenimiento que cambió mi vida desde el primer cómic que tuve. Es una afición a la cual yo sólo quiero invitarlos con cada columna. Tengan un lindo día, o noche, pásenla bien, nos leemos luego.