Mamporreros: El primer contacto de Valhalla y un Forajido
Por Alejandro Martín del Campo Glez.
Durante los sacudidores años 2020 y 2021 la escena artístico-cultural quedó agonizando en una especie de stand by mediático. Algunas bandas aprovecharon este fenómeno para seguir dando vuelo a su creatividad lanzando sencillos, algunas hasta discos completos, otras continuaron con sus proyectos con las ventajas que hoy ofrecen las plataformas multimedia, mientras que otras lamentablemente han perecido en esta dura batalla. La pandemia del Covid-19 ha causado tantos estragos en diferentes niveles de la sociedad y en específico en el ambiente artístico, para el cual es difícil pronosticar un futuro determinado dentro de la Nación Alternativa; pero no todo está perdido. A pesar de los decesos tenidos hay bandas que siguen en pie de lucha con un género que para el mainstream y la escena popular está muerto: me refiero al rock… por lo cual en esta ocasión les presento a los talentosos queretanos Mamporreros.
Dancing through the wild fields…
El proyecto de los Mamporreros nace en el año 2017, procedente de Santiago de Querétaro, y está integrado por Julio Reséndiz en la batería y coros, Rogelio Zavala en el bajo y coros, y Carlos López a cargo de la guitarra y la voz principal. Esta terna de músicos entremezcla los sonidos de los géneros del garage, alternative y progresive, con influjo del blues, el country y el western, dando como resultado una asombrosa gama sonora que nunca cae de peso, al contrario, ellos hacen de estos sonidos algo particularmente suyo en cada uno de sus discos y sencillos.
Para conocer la sustancia del grupo tenemos que entender algunas cosas: la procedencia del nombre de este triunvirato y su influencia y orígenes. Julio Reséndiz nos comenta acerca de los inicios de la banda:
Rogelio y Carlos (bajista y guitarrista) tienen un amigo en común, con quien en ocasiones tocaban ‘palomazos’, y en uno de ellos se conocieron e hicieron click. La primera canción con que se conectaron fue con una de Zeppelin. A partir de ahí comenzaron a tocar covers. El baterista que los acompañaba en aquellos inicios no compartía las mismas ideas, entonces deciden buscar otro baterista y es donde yo me integro. Recibí la invitación para ‘audicionar’ de parte de Carlos (a quien conocí en alguna otra audición para otra banda). La audición consistía en 3 canciones: Highway Star de Deep Purple, Somebody to Love de Jefferson Airplane y Nerver Let Go de la banda Camel.
La conexión al momento de tocar en los 3 fue inmediata y en aquella audición, después de 15 minutos, ya sabíamos que teníamos algo serio, pero como cualquier banda comenzamos con covers de nuestras bandas favoritas, tales como Creedence, Queen, Led Zeppelin, Pink Floyd, Janis Joplis, Rory Galagher, The Doors, Jimi Hendrix, AC/DC, Rush, etc., en las cuales la voz principal rotaba dependiendo la canción, cosa que ayudaría para el material propio.
El inconfundible nombre de la banda viene a forma de broma en una anécdota que Jorge Reséndiz describe así:
Tanto Carlos como Rogelio tenían el nombre en plan de broma, si bien todo comenzó como un chiste el día de la audición. Cuando yo lo escuche me pareció genial, ya que es una palabra que pocos conocen y que cuando te enteras de su significado ya no la olvidas. Lastimosamente no hay una historia emocionante o algo similar sobre el porqué del nombre.
Durante el proceso del primer disco se recibieron varias observaciones sobre el nombre, cosas como “quita seriedad”, “se presta a la burla” y cosas similares; y aunque llegamos a plantear el hecho de cambiar el nombre la verdad es que para esas alturas ya era una palabra que hicimos ya parte de nosotros. Usamos términos como “vamos a mamporrear” (vamos a ensayar), “esa canción mamporrea” (esa canción ‘rokea’), y cosas similares, además de que el primer álbum tenían una tonalidad western en ciertas canciones y sabíamos que junto con el nombre le daría más sentido al disco.
Las influencias de la banda vienen en forma de géneros musicales, porque, si bien arriba nos dan un vistazo de las bandas que los unen, con la mención de los géneros musicales llegan a cerrar una especie de pacto sonoro que sirve como base fundamental para la elaboración de su música; en palabras de Reséndiz:
Cada mamporrero tiene un género favorito en cuanto a música; en el caso de Rogelio (bajo) es un fiel seguidor del rock progresivo, es una biblia de conocimiento en música; en el caso de Carlos (guitarra) es un amante del sonido stoner y grunge; y en el caso mío (Julio/batería) me gusta mucho el rock en general y el country; pero como base los tres compartimos el gusto por el rock clásico y somos fanes del grupo de los 27.
First Contact
En el año 2019 sacan su primer LP titulado First Contact, que tiene una duración de 45:42 minutos y guarda 8 poderosos temas, lo que resulta en un álbum poderosamente enérgico, invitando al escucha a ‘mamporrear’ al galope de la música.
Hay temas folclóricos como Surrounding Mountains o Horse of Fire, que entremezclan ese sonido de la música del oeste estadounidense con el rock, y hace que encontremos indicativos claros de la sustancia del álbum, además de que nos remontan en automático a esas llanuras, bosques y zonas que son símbolos de libertad natural. Otros temas como Junkie o Lost My Way, que son más apegados al hard rock, hacen que el álbum no abandone la línea sonora en algún momento; tienen letras que nos hablan de la perdida de la esperanza o la aclamación a Dios para poder seguir el sendero del blues. Melodías como Wolf refuerzan el álbum con su letra mística y ese rock contundente que resulta en una delicia para el escucha. La balada “rockera” Butter Girl, dedicada a algún amor fugaz y medio tormentoso, le permite al LP alcanzar ese balance y hace que no sea tan homogéneo. Pero las melodías ClockSucker y la épica Out of Time, ambas de una base progresiva, con ciertos guiños al stonner clásico con cierto grado de experimentación musical, dan una cereza bastante jugosa al receptor; y con la última canción mencionada cierran el LP.
La portada de First Contact termina de dar ese concepto buscado por la banda al mostrar a tres jinetes en lo alto de un acantilado observando la abducción de lo que parece ser una vaca mientras otros platillos voladores hacen lo que parece ser un ataque terrícola; además, un volcán haciendo erupción junto con un sol al atardecer hacen que el cielo se torne rojizo, con algunos cactus y magueyes adornando este paisaje. A simple vista hacen de esta portada todo un acontecimiento apocalíptico, pero en realidad es una proyección surrealista de los tres integrantes y su fascinación por los temas ovni.
De Valhalla a Forajido
En el año 2020 los Mamporreros siguen con su viaje sonoro al sacar el sencillo Valhalla y en el 2021, el tema Forajido, continuando con el sonido de la banda sin perder su propuesta y, sobre todo, calidad, sino todo lo contrario, elevando la proyección del grupo musicalmente hablando.
Out of Time
Como bien escribí arriba, los proyectos artísticos musicales quedaron en un stand by mediático, los decesos trágicos fueron varios, pero hubo bandas que lograron prevalecer y seguir en este pie de lucha con resultados óptimos. El escuchar a los Mamporreros con ese sonido rocker reaviva la apertura de un género que no ha muerto y que sigue vigente. Es un gusto disfrutar a bandas con este tipo de propuestas que siguen generando lo que la libertad de su creatividad les viene en gana sin perder esa pasión por plasmar sus ideas a través de la música.
El sonido de los Mamporreros se puede situar puntualmente en el género rock con sus diferentes gamas como el hard rock, el progresive, el stonner, hasta llegar al mismo espíritu del garaje. Todo lo que hemos escuchado de ellos suena muy puntual en su ejecución con una producción bastante buena; las guitarras de Carlos López son incendiarias en acompañamiento del escrupuloso bajo de Rogelio Zavala y los sonidos precisos generados por Julio Cesar Reséndiz con su batería.
A los Mamporreros les deseamos mucho éxito en su joven trayectoria para que puedan generar nuevos lanzamientos, sumando cada vez más al extenso currículo del rock nacional y sobre todo a nuestra fabulosa Nación Alternativa.
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