EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO

Por Mariana Cuevas:

Una característica básica del ser humano siempre ha sido encontrar un propósito para sí, una razón válida o suficiente para seguir viviendo, pues puede significar su única salvación dependiendo de la situación en la que se encuentre. Habiendo dicho esto, mencionemos a Viktor E. Frankl: famoso escritor y psiquiatra austriaco, fallecido en 1997, que fue gran contribuyente de su área, puesto que introdujo la logoterapia basándose en una experiencia traumática propia.

El hombre en busca de sentido fue una de sus más grandes obras. Éste es un libro autobiográfico que se considera existencialista, ya que narra cómo dicho autor vivió en un campo de concentración y, a pesar de todo, logró sobreponerse mentalmente a la continua tortura que sufría, a la constante pregunta de “¿por qué no suicidarse?” (como algunos de sus compañeros), y continuar en este mundo a pesar de que se encontraba viviendo una pesadilla. A partir de eso explica cómo así surgió la logoterapia, pues logró encontrar y comprender lo que sucede después de que no hay nada más que perder que la vida propia.

La logoterapia, como ya se mencionó previamente, es la capacidad del ser humano para encontrar un sentido de vida, un motivo para continuar. Tal técnica, que más tarde comenzó a utilizar con sus pacientes, revolucionó la psiquiatría de su tiempo; mostró excelentes resultados, incluso en aquellas personas consideradas suicidas, llega a aclarar él.

En este texto apunta que las principales estrategias que pasan por la cabeza de un ser humano para continuar son, principalmente, los seres amados, la religión o espiritualidad, el que existe un plan para cada uno, un extrañó sentido del humor, o belleza estimulante que puede encontrarse en algo tan simple como la naturaleza.

Por otro lado, entra a detalle en el hecho de que cuando no podemos obtener lo que queremos, satisfacer ciertos deseos por la realidad en la que nos encontramos, al dormir es cuando llenamos esos vacíos, es un reflejo directo del inconsciente. Explica que puede ser algo extremadamente simple como comer algo que nos agrada o alguna sensación en específico.

Otro punto importante es cómo siempre nos enfocamos en aquello que vale la pena esperar a que ocurra, buscamos algo que nos agrade, nos genere un daño o no, pero que nos cree una expectativa que haga que valga la pena dejar pasar el tiempo hasta que ese momento llegue o la actividad se realice. Uno de los ejemplos que da es el día en que jugaban cartas, ya que era algo que esperar en la semana con gran gusto.

Por último, establece que la manera o la actitud que tomamos ante una situación que se considera inevitable determina, en parte, nuestro éxito de sobrellevarla o no, al igual que también encontrarle el sentido al sufrimiento, pues se puede llegar a considerar incluso un sacrificio y por lo tanto algo bueno.

Este libro es sumamente recomendable para cualquier individuo que se encuentre en una etapa de vacío, de crisis existencial y desee encontrar una manera de salir de ello, o que simplemente desee encontrar nuevas maneras de interactuar con su realidad y comprender mejor al ser humano.

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