Arístides Ortiz: Tumbas de Agua.

Por Alejandro Martín del Campo Glez.:

Arístides Ortiz es un artista mexiquense que no aduna las características de lo que denominaríamos convencional; al contrario, Arístides es de aquellos artistas que destacan por su singular, original, genial y expresiva forma de plasmar su arte a través de pinturas.

El lenguaje de este artista no es de los que manifiestan elementos concretos, sino que propone la reflexión e imaginación mientras se cuestiona todo más allá de lo que podemos ver frente a nosotros, y en esta propuesta nos anega con la profundidad de su obra.

Tumbas de Agua es la postrimera creación de Arístides Ortiz, un proyecto que tardó 5 años para su consumación y cuya composición está desarrollada en tres actos: Hibernación, Estanque y Dique, lo que la hace una obra intrínseca, sofisticada y conceptual. Está narrada por medio de óleos sobre tela, que cristalizan todo su pensamiento al utilizar dos importantes símbolos que le dan nombre a la obra: la tumba y el agua. Como una alegoría de su ser, de los ires y venires de la vida, de las experiencias vividas, todo esto culmina sobre estos dos símbolos en un solo tratado pictórico.

Tumbas de Agua: Hibernación, Estanque y Dique

Las tumbas son el último paso en esta vida material, son una puerta que se abre al final de ésta para trasladarnos al inframundo místico de nuestra existencia; representan el fin de un ciclo, el lugar inequívoco al cual vamos a parar sea cual sea nuestro destino. El agua, solvente universal, denota el estado puro del ser, la paz y la calma; es el líquido que da vida a todo lo que existe en este mundo y en el cosmos. Por consiguiente, esos dos símbolos cimientan una perfecta armonía para el desarrollo de la obra de Ortiz, así como su entendimiento y finalidad.

I. Hibernación

La hibernación es el primer ciclo del proyecto, es una forma de autoprotección natural, por medio de la cual el autor nos sumerge en un sopor insondable y etéreo, mismo que es plasmado en los lienzos. En éstos prevalece el color amarillo Nápoles rojizo, que simula el color de la piel humana del creador, quien está materializado dentro de la colección. También tenemos los rojos que encarnan el corazón, la pasión y la vivacidad del personaje. En esta etapa, además, se hace presente el color blanco como alusión a la dispersión de la luz que empieza a sacar al sujeto del aletargado sueño para llevarlo a la siguiente etapa del proyecto.

II. Estanque

El estanque es la etapa secundaria de este esquema, pues aquí el artista nos describe ese lugar sublime donde todo se vuelve realidad: la creación, la inspiración y la exposición de la clarividencia hacia el plano material. Figura la visión onírica de los sentimientos de la realidad interior del autor, misma que se plasma por medio de los lienzos verde, azul y naranja. El primer color es símbolo de la naturaleza, así como también es signo de vitalidad, esperanza y armonía. El segundo, el azul, es una forma de invocación del misticismo de la bóveda celeste en este estanque, el hiperciclo eviterno del agua con el cielo como hidratante de la tierra y del humano. Posteriormente viene el lienzo de color naranja que llega como una suave y cálida caricia del sol que, mezclado con el tono negro, recrea la impresión de un perpetuo y templado atardecer. Todos estos conceptos-colores mezclados entre sí escenifican el templo perfecto o el taller donde se transforman las quimeras del autor.

III. Dique

La etapa final del proyecto cierra con el “Dique”, el muro metafísico que encausa el agua hacia el estanque; es el embalse de las ideas y los múltiples de proyectos de Ortiz. La composición final está configurada por una serie de lienzos en los colores ocre, marrón y gris. La gama de los ocres es de gran importancia para la creación del Arístides, ya que este color vigoriza la tertia domus de los Gemelos como un distintivo de la personalidad que se revela a través de la creatividad y versatilidad; en conjunto con el color marrón crea un equilibrio con la tierra, la placibilidad y el otoño. La antonomasia viene por medio del color gris como marca de elegancia, sobriedad y equidistancia con los tonos en esta parte de la obra. Con esto el “Dique” funciona para contener y proteger la obra en su totalidad, cual sello para preservarla ad infinitum.

Tricotomía…

El número tres juega un papel importante incluso desde la vida de Ortiz, pues está marcado por la tercera casa del zodiaco. De igual manera, su obra, conceptual, está compuesta por tres actos: principio, medio y fin. La Hibernación, el Estanque y el Dique son una representación del ser, el espacio y la eternidad, o la misma división del tiempo como es el pasado, el presente y el futuro. Todos estos símbolos convergen en esta colección.

Arístides Ortiz

El arte de Ortiz nace sí del intelecto, pero fluye por medio de las sensaciones, de gestos impulsivos que dan genuinidad a la obra marcando su instinto creativo. Juega con el espacio abstracto y los colores que embellecen la colección. Estos recrean imágenes de un mundo invisible desde la perspectiva de la realidad. En el arte de Arístides la intensidad de los sentimientos no tiene representación, pero sí interpretación para la cual no hay palabras que puedan definir…

El agua cristalina en calma sirve de espejo y, si se dice que el espejo es la puerta a otra dimensión y si las tumbas son de agua, todo esto funciona como un paso cristalizado a lo multidimensional.

Esta obra tripartita marca el final de un ciclo, al cual el autor entrega de manera paulatina y cronológica algo que solamente Ortiz sabe que deja ahí…

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Alejandro Martin del Campo Glez.

Nación Alternativa bandas nacionales en movimiento.

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