Ofelia: Una mirada hacia la locura.

Por Leonardo Páramo:

Artista: Sir John Everett Millais

Obra: Ofelia

Técnica: Óleo sobre lienzo

Fecha: 1851-1852

Espacio: Tate Gallery, Londres

John Everett Millais fue un pintor romántico del siglo XIX, miembro de los prerrafaelitas, el instinto primario de estos era retomar el ideal de la perfección tomando como punto de partida el renacimiento del siglo XIV, por tanto, la pintura que desarrollaron toma como referencia el estudio de la naturaleza para poder expresarse de manera sensible y, de esta manera, marcar la aversión al academicismo. En particular está pintura, con efusivas tonalidades y con la capacidad de embelesar inmediatamente, tiene la fortuna de ocultar una belleza aún mayor, a la cual se va añadiendo con el desbaste de sus elementos.

En este tenor, Ofelia es el personaje de la tragedia “Hamlet, príncipe de Dinamarca”. La virtud que tuvo Shakespeare para con las palabras de embellecer una tragedia, es la virtud que tuvo Millais para con la pintura, en la que refleja el acto cuarto de la escena sexta.

Reina: Una desgracia siempre va pisando los talones de otra: tan cerca se suceden. Tu hermana se ha ahogado, Laertes. [1] En este primer elemento en el arroyo, donde cayo Ofelia, se aprecian: amapolas, margaritas, violetas, guirnaldas de ranúculos, ortigas, velloritas, y orquideas conocidas como dedos de difunto.

En está primera imagen, se nota incisivamente el contraste que refleja la naturaleza sobre el cuerpo fallecido de Ofelia, con un rostro navío y escaso de brillo en la mirada perdida, con la boca ligeramente entre abierta; extendiendo los brazos en los que flota su cuerpo inerte, da la apariencia de que celebra su propio fallecimiento, lo recibe y se entrega a él. La abundante flora representa el ánimo conturbado que la motivó no levantarse del cenagoso arroyo,  y, como inconsciente de la desgracia que le venia, se le escucho cantar, recibiendo el infortunio y terminando con la sobrevenida locura.

El petirrojo cantor representa la necesidad de Ofelia de hacer oír el sufrimiento que sentía y hacer notar el nacimiento de su tragedia. Ofelia: (cantanto) Ya está señora; nos ha dejado; verde alfombra de césped lo ha sepultado, y a sus pies una losa de mármol blanco.[2]

Bajo el mismo orden de ideas, Ofelia con el cantar sepulcral y sintiendo la muerte de su padre a manos del principe Hamlet, nos demuestra la desnudez con que se desdibuja la vivacidad de una joven virginal. Precisamente el dominio de Millais en el óleo otorga armonía en la atmosferá que se recrea, así como  el detalle de lo natural refleja el estado más puro entre lo vivo y lo muerto.          Esto lo vuelve sublime, porque así como el horror genera miedo, la belleza también lo genera cuando no se comprende. La relación entre el amor, la locura y la muerte dan origen a la tragedia, que como es Shakespeare a la pluma, Millais al pincel.

Bibliografía:

SHAKESPEARE, William. Obras completas de William Shakespeare. Trad. Luis Astrana. Madrid: M. Aguilar, 1929.


[1] Shakespeare, 1929, p. 1321

[2] Ibidem. p.1314.

Si te gustó, ¡Espero nos puedas compartir!

Leo Páramo

De la nobleza del corazón y de la mente

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *