De la peste, la humanidad y Camus
Por Oliver Miranda:
En los tiempos que estamos viviendo, nos hacen reflexionar acerca de todo, en qué punto estamos como sociedad y en lo individual, la angustia por la incertidumbre de lo que vendrá en un futuro y nos hace ver qué situaciones que leíamos en nuestros libros de historia parecían sacadas más de la fantasía que de la realidad; hoy vemos que una pandemia nos acorrala de manera que no imaginábamos en más de un sentido.
Cuando Albert Camus escribió La Peste en 1947, el mundo en el que se encontraba se estaba configurando a una nueva realidad. Las consecuencias de la guerra hicieron que el escritor francés de origen argelino reflexionara sobre el actuar de la gente en situaciones de angustia que van más allá de lo manejado por lo humano, en este caso las 10 plagas que azotan a la ciudad argelina de Orán.
En dicha novela, el autor le da voz a diversos personajes que se ven obligados a sitiarse en la ciudad en un clima de incertidumbre, desgracias y tristeza; los personajes van desde turistas que se vieron obligados a quedarse dentro de la ciudad hasta los doctores que se enfrentan a buscar soluciones y, sobre todo, la gran metáfora que se cierne en torno a la situación de la ciudad donde se dan avistamientos del corte existencialista y del absurdo que acompañan a la moral de los habitantes al sentirse abandonados por un ser superior y en donde el hombre no tiene control de nada.
Contrario a lo que se pudiera pensar al saber sobre lo que versa el libro, al final hay un mensaje sobre solidaridad la cual es la gran enseñanza del libro al presentar a los personajes libres de la moral impuesta bajo modelos dictatoriales y gubernamentales; el surgimiento de la conciencia de la libertad y el apoyo mutuo maneja el actuar de los doctores Rieux y Castel para salvaguardar la integridad humana.
Albert Camus lanza una de sus máximas: «En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio», en la que se da un mensaje no solamente para los personajes de Orán, sino quizá para toda la humanidad. En estos tiempos aciagos nos toca descubrir qué tanto de humano hay en nosotros y en la humanidad a la expectativa de todo lo que está por venir.
«En el hombre hay más cosas dignas de admiración que de desprecio»
Albert Camus