La familia que todos quisiéramos tener

por Félix Barquera:

Es una aplastante verdad que familia consanguínea sólo hay una y que no podemos elegir nosotros a las personas que la integran. Es por azar que nacemos con cierto tipo de padres, madres, hermanos, primos, tíos y abuelos. En ese aspecto, la vida es difícil desde el nacimiento si éstos no son lo que general y vagamente podemos llamar buenas personas.

La sangre nos ata por un lado, pero por el otro tenemos a la familia que sí podemos elegir: los amigos, esos que te apoyan en las buenas, las malas, las mejores y las peores; y, sin darnos cuenta, también desde niños vamos formando esta familia, pero, a diferencia de la sanguínea, con nuestra discreción. Elegimos compañeros de clase, amigos de la cuadra, amigos en el parque, amigos en el recreo; y conforme vamos creciendo se pueden ampliar los lugares donde conocemos gente y a nuestra posible familia.

La realidad es cruda cuando vemos a tantos niños y personas que han crecido “mal” porque ni sus padres ni sus amigos los apoyaron, porque no fueron cuidados y atendidos con “amor”, porque no estuvieron rodeados de gente buena que los apoyara e impulsara a apoyar a otros a su vez. Lo contrario lo podemos encontrar en Kakushigoto (かくしごと), ánime que salió en abril de este año (una estrella brillante en este cielo cuasi apocalíptico que ha sido el 2020) y cuyo manga fue publicado desde el 2015.

La serie nos muestra a Gotou Kakushi, un padre soltero que esconde su trabajo como mangaka a su pequeña hija de 9 años; se esconde con un traje como si fuera un trabajador asalariado, un godín para los mexicanos, porque el manga que él escribe, además de no ser tan popular como otros, es uno que incluye bromas sucias  (sexuales, pues) y al parecer no tan buenas. ¿Qué pasaría si una niña de 9 años se entera de que su padre escribe una serie sucia? Eso es lo que no quiere descubrir Kakushi. Su hija es Gotou Hime, casi siempre llamada Hime-chan, una adorable niña que vive su día a día entre la escuela y su casa, con sus tres amigas y, después, un perro al que ella decide llamar Gotou Roku y al que considera otro miembro de la familia, por ello cuando van a una posada Hime-chan pide un cuarto para tres personas, considerando al can como la tercera persona.

El ánime se desenvuelve en la comedia a través de las situaciones con el equipo de Kakushi, su molesto editor Tomaruin, las compañeras de Hime-chan, y otros personajes secundarios, entre los cuales hay unos que le dan cierto toque harem a la serie; sin embargo, el eje principal de la serie es el del padre soltero que se esfuerza por cuidar a su hija. Podemos ver a Kakushi trabajando lo mejor que puede para que su hija no tenga ninguna carencia, para que tenga una vida feliz y para que crezca sin ninguna limitante por el trabajo de su padre.

Cada uno por separado, pero siempre juntos al final, Kakushi y Hime están rodeados de personas buenas, de las cuales se han ganado la confianza y el cariño. Así vemos cómo el equipo de Kakushi lo apoya cuando el mismo día tiene que dar una firma de autógrafos y acompañar a Hime a Kidzanira (sí, el Kidzania de la serie); o cómo las amigas de Hime-chan la ayudan a encontrar el mejor lugar, según ellas, para una reunión familiar. En cada caso de la serie se muestra el apoyo incondicional de todos los personajes, a excepción un poco del tonto editor (¡cómo rayos llegó a ser editor?), aunque igual siempre termina ayudando de una u otra forma.

Nos muestran los dos tipos de familia, la consanguínea entre padre e hija, y la amical que cada uno ha construido a base de sólo ser ellos mismos sin dañar a nadie: a base de ser buenas personas. No hay traiciones ni dobles caras, a excepción de la de Kakushi con su trabajo, pero creo que todos podemos entender claramente que sus razones son válidas y que no lo hace con mala lid.

Hay de todo en esta vida, y, si bien no tenemos opción sobre dónde nacemos y en qué familia nacemos, nosotros, que ya hemos nacido, podemos buscar que los bebés del futuro nazcan rodeado de buenos amigos, buenos compañeros de clase y de trabajo; en fin, con buenas personas y con buenos padres, aunque uno muera o desaparezca.

Como dato curiosos y, quizá, chistoso, me encanta el juego de palabras polisémico del nombre: kakushigoto en japonés es “secreto”; si lo separas, kaku es escribir o dibujar, y shigoto es trabajo, “el trabajo de dibujar”; (SPOILER) si le quitas el final, kakushigo es hijo ilegítimo; y, el más evidente, también es el nombre del personaje, Kakushi Gotou, Gotou Kakushi (claro, alargando el “tou”).

Ah, y, si sabes japonés, te dejo la página oficial, aunque igual puedes sólo echarle un vistazo si no.

Si te gustó, ¡Espero nos puedas compartir!

Félix Barquera

fortuita, parlante, curiosa, atemporal, presente

Un comentario sobre “La familia que todos quisiéramos tener

  • el 11 enero, 2021 a las 11:43 pm
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    Ya me entraron ganas de ver el anime otra vez ><

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